El chico que juraba no creer en el amor, se ha enamorado y el resultado ha sido un terrible corazón roto.
El joven escritor Tyler Murphy ha caído perdidamente enamorado por su mejor amiga Genesis, pero su historia no ha tenido un "felices para siemp...
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TYLER
Contrario a la creencia popular, Tyler Murphy odiaba las fiestas. No eran de mi agrado porque suponían desperdiciar horas de sueño que nunca resultaban suficientes para mí. Por alguna razón, mi sistema era perezoso y debía dormir más que el resto de las personas para funcionar, era como un bebé con necesidades de adulto.
—Lo prometiste, Murphy —se quejó Rob, recostado sobre la cama de mi compañera—. Dijiste que vendrías a la fiesta.
Lo observé con diversión, no parecía la clase de chico que aceptara un "no" por respuesta. Por un momento deseé que Emma estuviera en la habitación porque: a, lo sacaría rápidamente dando por finalizada la conversación; y b, tendría una excusa para quedarme. Podría decir que ella y yo tendríamos sexo a pesar de que fuera mentira ,y todo quedaría olvidado. Aunque pensándolo bien, era una pésima idea. Además, teníamos suerte de que ella no estuviera allí o probablemente estaríamos muertos. Rob estaba acostado sobre su cama como si fuera la cosa más cómoda del mundo y yo estaba sin camiseta tras salir de ducharme.
—Bien, iré —concedí finalmente—. Sólo si me consigues una cerveza.
—Las que quieras, viejo.
Sonreí y asentí. Él tenía razón, le había prometido ir a la fiesta y no era de los que incumplían sus palabras.
—¿Qué le sucedió a tu cabello?
—No lo sé —contesté con ironía—, salí de la ducha y estaba de otro color. Debe ser el agua de Nueva York.
—Si serás idiota. —Se carcajeó sonoramente y se incorporó de la cama para observarme.
—Lo tuve que volver a su color porque mi publicista así lo quiso.
El muchacho frunció el ceño sin entender una palabra de lo que dije y no pude culparlo, no le había contado nada de mí. Recién nos conocíamos y él ya estaba actuando como si fuéramos camaradas de toda la vida.
