Capítulo siete

5.1K 564 425
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

EMMA

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

EMMA

Paris había tenido razón, con el pasar de los días mi estancia en la residencia se fue haciendo cada vez más reducida. El trabajo combinado con la universidad me arrebataban unas buenas doce horas del día, luego veía a mi hermano y hacía ejercicio, y cuando volvía al dormitorio tan solo era para dormir. Debía admitir que me produjo cierta paz, sobre todo porque no deseaba ver a Taylor ni en una fotografía.

El muy idiota había roto una regla esencial: nada de sexo en la habitación. Si lo pensaba bien, no había llegado a tener sexo porque lo había interrumpido justo a tiempo. Dios, la imagen todavía quemaba mi cerebro y me producía nauseas. Podría haberle gritado cuando lo vi a los besos con una colorada que desconocía, pero en lugar de eso, simplemente decidí ir al baño para ponerme el pijama. Sabía que mi presencia sería incómoda y, tal como lo había planeado, cuando salí del cuarto de baño vistiendo mi ropa de cama, la muchacha se había ido y él me esperaba con una expresión de culpa en el rostro. Quiso hablar, disculparse y soltar excusas a diestra y siniestra; sin embargo, lo ignoré olímpicamente y me acosté dándole la espalda.

Al otro día actúo como si nada hubiese sucedido y yo hice lo mismo, me había prometido no volver a pensar en el asunto y tampoco hablarle a menos que fuera estrictamente necesario.

Y créanme que realmente fue necesario o, de lo contrario, me habría mordido la lengua.

—¿Taylor? —pregunté.

Desvió la mirada de su reflejo y posó sus ojos color miel en mí. Se estaba arreglando el cabello frente al espejo del baño y yo estaba de cuclillas frente a mi canasto de ropa sucia intentando hacerme una idea de cómo demonios se lavaba esa ropa.

—¿Sabes utilizar una lavadora?

—Sí —contestó y frunció el ceño con confusión—. ¿Quién no?

—Yo —confesé con un poco de vergüenza—. ¿Crees que puedas indicarme cómo hacerlo?

Su expresión cambió rápidamente, elevó sus cejas y sonrió mostrando los dientes.

Uno y medioWhere stories live. Discover now