La verdadera naturaleza

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Kagome se había decidido a viajar nuevamente a la época antigua, con la misión de traer de vuelta a su pequeña Mizuki lo antes posible. Lo había pensado mucho y también reflexiono acerca de su reacción ante aquel lugar que la llenaba de recuerdos. Lo anterior le dio igual, salto y se dirigió a buscar a su hija. Cuando llegó se percató de una pelea, vio a una mujer con un aura muy fuerte y malvada que estaba discutiendo con InuYasha, y cuando este se volteó a dándole la espalda, ella iba a atacarlo y Kagome sintió en su corazón que debía hacer algo, lo que fuese serviría…

-¡Cuidado InuYasha!- gritó preocupada y asustada. Su corazón se sintió feliz de verlo

-Ka… gome…- susurró InuYasha

-¿Mamá?, pero… ¿Qué haces aquí?- dijo sorprendida

-Hija te explico luego- saliendo del pozo- ahora debes…

No alcanzó a terminar, pues Lina se percató de la reacción de InuYasha y vio que aquella mujer era especial para él y se le ocurrió hacerle daño a ella como venganza por darle la espalda e insultarla. Hizo un movimiento con su mano derecha de forma horizontal y puso en acción su poder que como consecuencia la lanzo lejos. Kagome pudo haberla detenido con su poder espiritual, pero estaba tan preocupada por su hija e InuYasha que no alcanzó a reaccionar.

-¡Mamá!- gritó la chica asustada

-¡Kagome!- gritó el hanyou asustado

Iban a correr donde se encontraba Kagome lastimada por la intensidad del poder de Lina, pero al parecer la yokai tenía planeado algo más... tomó a Mizuki del cuello levantándola y riéndose en su cara.

-Vaya, vaya miren lo que tenemos aquí una pequeña humana- apretó un poco más su cuello

-¡Suéltame maldita bruja!- articuló defectuosamente- jamás te perdonare por hacerle daño a mi madre- levantó sus manos y las puso donde se encontraba la mano de Lina

-Si claro, no podrás hacer nada, eres una simple y frágil humana…- miro su pecho y vio la piedra lunar- así que tú la tienes, mmm… te ordeno que me la des- gritó

-Eso jamás… bruja… horrenda- ahora menos podía hablar

-Niña insolente, pues si tú no me la das, yo te la quitaré a la fuerza- le quitó el collar

Cuando el collar le fue retirado, Mizuki comenzó a sentir los cambios en su cuerpo; su sangre hervía, su cabello creció al igual que sus colmillos, ahora en sus uñas eran garras filosas y sus sentidos se agudizaron. Lina, InuYasha y los demás miraban a la muchacha sorprendidos y Mizuki levantó la vista para ver fijamente a su enemiga, Lina, con sus hermosos ojos dorados. InuYasha era el más sorprendido, pues, a pesar de los cambios  físicos, había un cambio que solo noto él… su aroma, ya no era el aroma de una chica humana cualquiera, era un aroma diferente e igual al de él… era el aroma de un hanyou…

-¿Qué le pasó a la chica?- Sekai observó sorprendida a Mizuki.

-No lo sé Sekai, pero no es la misma que hace un rato eso te lo aseguro- dijo Aiko

-Vaya, vaya miren lo que tenemos aquí, una hanyou- una sonrisa macabra se formó en su rostro- esto será divertido

-Si será divertido… para mi ¡bruja!- se soltó del agarre dejando a Lina sorprendida- primero esto es por lo que le hiciste a mi madre- la golpeo dándole un puñetazo en la cara- y esta es por apretar mi cuello tan fuerte, dolió ¿sabes?- la rasguño en el pecho y sus garras comenzaron a purificar el pecho de Lina, además arrebato de golpe su collar haciendo que callera al suelo

Mizuki, la hija de InuYashaWhere stories live. Discover now