Mizuki, la hija de InuYasha

Hora de volver

Por segunda noche tuvo el mismo sueño. Se trataba de aquel sueño donde se veía a ella misma de una manera aterradora: sus ojos eran rojos, tenía una cara que daba miedo, había sangre humana en sus manos y repetía que quería matar. De pronto un hombre de expresión fría, largo cabello plateado y ojos dorados, la tomaba del cuello y la abofeteaba hasta que ella pudiera volver a la ser normal

-Inepta igual que tu padre- la soltó y se alejó

-¡Espera!- le gritó mientras volvía a la normalidad- acaso tú ¿conoces a mi padre?- se detuvo y volteó a mirarla

-Sí y desgraciadamente tiene mi sangre- continuó con su camino

Despertó de golpe y se quedó pensando a que se refería que su padre tenía su sangre, acaso ¿ese hombre era algún familiar o algo así? Y si era así ¿quién se suponía que era él? Cómo sabe de ella si su padre nunca lo conoció… eran bastantes preguntas sin respuestas y ¿Quién se supone que debería contestarlas?... estaba en trance ante todas esas dudas, pero de pronto sintió algo cálido que la rodeaba, era un brazo… el brazo de Tackey. No pudo con el pánico en el que había entrado y sólo pudo gritar

-Mizuki ¿qué sucede?- asustado

-Tackey qué fue lo que pasó entre nosotros anoche-  en pánico asustada y gritando

-¿A qué te refieres con eso?- tratando de calmarla

-No te hagas el tonto, demonios cómo fue que pasó esto apuesto que te aprovechaste de que estaba dormida

-Pero ¡de qué diablos hablas!, yo no hice nada

-¡No mientas!- le gritó

No te miento además ¿si hubiese pasado algo no crees que estarías sin ropa y yo también?- le gritó también

Se observó y sí, si estaba con ropa, todo lo que ella se había imaginado había sido sólo eso su imaginación… lo que ocurría es que con lo del sueño y de que habla dormida, no se acordaba de que ella misma le había pedido al joven lobo acostarse con ella, porque no quería estar sola. Cuando se dio cuenta se sintió como una tonta y no sabía cómo empezar a disculparse

-Tackey- lo llamó, pero él la ignoró- Tackey- volvió a llamarlo- Tackey lo siento, fui una tonta en pensar eso de ti y más aún pensar que entre tú y yo había pasado algo- cayeron lágrimas- sé que eso es imposible, perdón

No aguantó más, de lo tonta que se sentía salió corriendo de la casa llorando. El lobito quedo impactado ante todo eso y recordó que aquella chica estaba pasando por momentos difíciles, y aunque ella no los había mencionado antes, era compresible su actitud así. Corrió tras ella y logró alcanzarla, la tomó del brazo e hizo que lo mirara directamente a los ojos

-No tienes nada de que disculparte en realidad fue mi culpa en hacerle caso a una chica que habla dormida- la observaba tiernamente y ante aquella revelación la chica recordó todo

-¡Rayos! Tienes toda la razón, ahora lo recuerdo todo- hizo una pausa- se me había olvidado que te dije que durmieras a mi lado, lo siento y muchas gracias por no dejarme sola- lo abrazó y Tackey correspondió feliz

InuYasha había llegado a buscar a la chica, pero sin querer vio toda esa dulce escena que involuntariamente dibujó una sonrisa en el hanyou. En ese momento a la mente de InuYasha llegaron todos esos recuerdos de los viejos tiempos, quería que los viejos tiempos se volvieran el presente con su Kagome, pero había algo más en esa escena que lo conmovió de un momento a otro; en vez de ver a Mizuki y Tackey abrazados, se vio a él mismo abrazando a Kagome y eso era una señal que quizás no todo estaba perdido…

De repente salió de sus pensamientos y se dio cuenta que ya era algo tarde, es decir, Kagome llegaría en cualquier momento

-¡Hey!, Mizuki ya suéltalo que debemos irnos- gritó haciendo notar y ambos jóvenes se asustaron ante ese grito