verdades y traiciones

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 Después de que Mizuki tuvo aquella conversación con Zifrina se devolvió a la aldea para así ingresar por el pozo y volver a su casa, quería estar sola y por un momento volver a tener la vida de típica adolescente como lo era antes de atravesar el pozo. Al momento de llegar a la aldea se topó con su madre e InuYasha muy acaramelados por lo cual se volvió la mejor actriz que puede haber y fingió que nada había pasado. Al verla con la prenda diferente la interrogaron por ello y ella sólo les dijo: “Este kimono me lo obsequió Tackey, dijo que cuando lo vio pensó en mi y fue muy romántico conmigo”. Después de eso sus padres no reprocharon, al contrario a ambos les caía muy bien Tackey. Después de eso se marchó, pero antes de irse InuYasha le entregó una caja a su hija, la cual le dijo que la abriera cuando tuviera tiempo

Al llegar a su casa, vio que en la mesa de la cocina había una nota que era de su nana:

“Mizuki:

 Como no volviste ayer ni hoy en la mañana, supuse que te quedaras con tu familia en la otra época, por lo tanto Souta me pidió que me fuera a quedar con él durante este tiempo que ustedes no están. Te quiero mucho mi niña cuídate y suerte con Tackey.

Con amor tu Nana”.

<< Si supieras Nana todo lo que ocurrió este día, de seguro no dejarías que Tackey me volviera a ver ni un sólo cabello>>. Pensó la chica guardando la nota.

Se dirigió a su habitación y vio lo que le había entregado InuYasha antes de volver, era una delicada caja color caoba que contenía dos hermosos sai de color plateado, junto a ellos había una nota que decía:

“Querida Mizuki:

Estas armas son un regalo que yo quise hacerte, no estuve en gran parte de tu vida y eso me molesta mucho, ya que lo que más hubiera deseado era verte nacer, verte dar tus primeros pasos, escuchar tus primeras palabras y amarte con todo mi corazón, pero por mi estupidez y desconfianza no pude verte durante quince años. Perdóname si no soy un buen padre o no sé cómo actuar de vez en cuando, pero tú sabes que yo no conocí a mi padre por lo tanto no sé cómo actúan específicamente y lo que más espero es que me convierta en un buen padre para ti.

InuYasha”

No pudo evitar derramar unas cuantas lágrimas, era la primera vez que recibía algo de InuYasha tan emotivo, tan sincero y totalmente bello, a ella también le hubiera gustado que InuYasha hubiese estado con ella durante esos quince años, donde, según recuerda, muchas veces la molestaron por no tener padre y decían que su padre la había dejado porque no la quería ni a ella ni a su madre, por lo que las consecuencias eran las constantes llamadas a Kagome informándole que Mizuki se había peleado con más de un compañero. Ante esos recuerdos soltaba una ligera sonrisa, después tomó aquellos sai que le había regalado su padre y se sintió realmente afortunada. De repente vio la hora, las cuatro en punto, quería hablar con alguien y salir de su casa por lo que llamó a Kira, su amiga

“Mizuki! ¿Por qué no viniste a la escuela? Me preocupaste”. Sonaba obviamente preocupada

“lo siento tuve un problema del cual quisiera hablarte, ahora ¿quieres ir por una helado conmigo y te cuento?”. Suplicó con la voz

“obvio que sí, ¿te parece vernos en la plaza que está cerca de la escuela?”.

“sí, ahí está bien, te veo en cinco minutos”.

“está bien, nos vemos”. Colgó

Mizuki, se arregló, se sacó el kimono que Shinjiro le había prestado quedando desnuda de la cintura hacia arriba y se miró al espejo donde prácticamente se podía ver las marcas que la fuerza de Tackey le habían proporcionado, lloró en silencio y luego notó como los moretones se desvanecían. “Así que por ser hanyou las marcas se borran… quizás se borran aparentemente, pero no se borran de mi interior”. Se secó las lágrimas y fue a ducharse rápidamente, para así vestirse y salir, pero no antes de ponerse su collar que, como siempre, hizo su efecto volviéndola aparentemente normal. Se vistió con unos jeans de color negro una blusa de color blanco muy ligera, ya que se encontraban en verano, unas zapatillas blancas y amarró su cabello en una coleta alta.

Mizuki, la hija de InuYashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora