Mizuki, la hija de InuYasha

Tackey, el hijo de Kouga

La chica corrió y corrió, tanto como sus piernas podían adentrándose cada vez más a ese bosque que jamás había visto. Cuando al fin se detuvo vio un lago que estaba cerca, ella al sentirse atraída hacia el camino, llego al borde, se arrodillo y vio su reflejo...

"Esto no es cierto... cómo es posible que no sea humana, ¡soy un fenómeno!... ¿Por qué me sucede esto a mí? No tiene sentido, pero ahora eso no importa ¡mi padre está vivo! Tengo que saber quién es...". Pensó tranquila mientras le sonreía a su reflejo.

De repente vio la piedra; la tomó entre sus manos, la apreció y la quitó de su cuello dejando ver su apariencia de hanyou...

-Así que así soy realmente, esta es mi verdadera apariencia- dijo en voz alta mientras se acariciaba los mechones plateados de su cabello

Se encontraba tranquila mirando cada detalle de su apariencia, se preguntaba también como sería su padre... de un momento a otro escuchó un ruido y por inercia se puso el collar rápidamente. Un chico se acercó a donde ella estaba y la quedo mirando detenidamente; aquel chico era alto, de tez morena, ojos verdes, cabello negro con reflejos rojizos y venía acompañados por tres lobos

-Oye niña- se refería a Mizuki- ¿has visto a algún hanyou por aquí?

<< ¿Se estará refiriendo a mí?>>. Pensó nerviosa ante él

-No, no he visto nada lo siento- miró el suelo

-No te disculpes, si no has visto nada no es tu culpa- le sonrió

-Creo que tienes razón, por cierto soy Mizuki- tendió su mano

-Soy Tackey- estrechó su mano

-Eres un yokai ¿verdad?- sin dejarle de sonreír

-Sí, ¿no es obvio?- la miró extrañado

-Así que es así como se ve un verdadero yokai...- susurró y miró el lugar, ya no recordaba como volver- ¡demonios!- exclamó

-¿Qué te pasa?- la miró atentamente

-Es que parece que me acabo de perder...- sonrió avergonzada- no sé cómo volver ¿podrías ayudarme a volver? ¿Por favor?- le suplicó

-Por supuesto, pero tengo que decirle a mi padre quien...- no pudo continuar su padre estaba detrás de él

-No hace falta hijo, ya llegué- vio a Mizuki- ¿Kagome? ¿Eres tú? tanto tiempo- ignorando por completo a su hijo

-Discúlpeme, pero yo no soy Kagome soy su hija, mi nombre es Mizuki- sonriendo- gusto en conocerlo su nombre es...

-Soy Kouga y vaya que eres muy parecida a Kagome- la olio- pero tu aroma es completamente diferente al de ella

-¿Kouga? ¿El jefe de los hombres lobo?- el asintió- ¡genial! Mi madre me ha contado mucho de usted y... espere un segundo acaso usted ¿me olió?- preguntó algo enfada porque había hecho lo mismo que InuYasha antes

-Sí y eso que tiene de malo- pregunto natural

-Parece que aquí todos lo hacen incluyendo al raro de InuYasha... en fin usted conocía a mi madre ¿verdad?- dijo curiosa y Kouga solo se limitó a asentir con la cabeza- y ¿hubo algo entre ustedes?

-¿A qué te refieres con eso?- algo confundido

-Acaso ustedes tuvieron intimidad- fue directa y sin tartamudeos

-¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Por supuesto que no!, a mí me gustaba, pero nunca pasó algo más que eso y ella sólo se volvió una gran amiga mía y de Ayame- rojo como un tomate