capítulo 39

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El domingo llego y a las cinco y punto, el señor Weasley, Fred, George y Ron se alistaron para ir por Harry... por medio de polvos flu

—eso no saldrá bien, ¿verdad?—le pregunto Ginny a naruto

Naruto negó con la cabeza. Los muggle no estaban familiarizados con la magia, y por según hablaba Harry de sus tíos, naruto tenía seguro que no terminaría bien

—bueno, ya nos vamos, Fred, George, Ron—dijo el señor Weasley, levantándose del sillón

—ya vamos, papá—dijeron a la vez Fred y George. Caminaron detrás del señor Weasley con una sonrisa traviesa

Naruto los miro con los ojos entrecerrados

—esto no pinta bien—dijo Hermione

—vamos, ¿qué podría salir mal?—pregunto Ron, tranquilo, y fue atrás de Fred y George

—¿los esperamos en la cocina?—pregunto Hermione. Ella, naruto y Ginny caminaron a la cocina, esperando la llegada de Harry, Ron, el señor Weasley, Fred y George

Pasaron unos minutos y Fred y George aparecieron con el baul de Harry, sonriendo de oreja a oreja

Naruto alzó una ceja. Pregunto:

—¿que paso?, ¿y el resto?

—papá esta ocupado, deshaciendo un encantamiento alargador—dijo fred, siguiendo su camino junto George y el baúl

—cuando mamá se entere—murmuró Ginny, aguantando la risa

Ron apareció en la chimenea

—esos muggles son lo peor—dijo—. La chimenea estaba cegada. Tenían algo llamado estrofa eléctrica

—estufa eléctrica, Ron—dijo Hermione, pero fue ignorada por Ron

—papá tuvo que recurrir a la magia

—¿y... le pasó algo al primo de Harry?

—no—contesto Ron, confundido

Hermione soltó suspiro de alivio. Naruto vio entrar en la cocina a Fred, George, Bill y Charlie y tomar asiento a una mesa de madera desgastada de tanto restregarla

Harry cayó de bruces contra el suelo

—¿Se lo comió? —preguntó Fred ansioso mientras naruto le tendía a Harry la mano para ayudarlo a levantarse

—Sí —respondió Harry poniéndose en pie

— ¿Qué le dieron?—pregunto naruto

—Caramelo longuilinguo —explicó Fred, muy contento—. Los hemos inventado George y yo, y nos hemos pasado el verano buscando a alguien en quien probarlos...

Todos prorrumpieron en carcajadas (menos naruto, como siempre) en la pequeña cocina; Harry miró a su alrededor,  y pareció notar la presencia de Bill y Charlie

—hola, Harry, ¿qué tal?

Antes de que ninguno de ellos pudiera añadir nada, se oyó un pequeño estallido y el señor Weasley apareció de pronto al lado de George. Naruto no lo había visto nunca tan enfadado.

—¡No ha tenido ninguna gracia, Fred! ¿Qué demonios le diste a ese niño muggle?

—No le di nada —respondió Fred, con otra sonrisa maligna—. Sólo lo dejé caer... Ha sido culpa suya: lo cogió y se lo comió. Yo no le dije que lo hiciera.

—¡Lo dejaste caer a propósito! —vociferó el señor Weasley—. Sabías que se lo comería porque estaba a dieta...

—¿Cuánto le creció la lengua? —preguntó George, con mucho interés.

El HerederoWhere stories live. Discover now