3. Los amigos no te cuernean

229K 15.6K 26.1K
                                    


—Quiero mi dinero de vuelta —fueron las primeras palabras de Jade luego de reconocerme.

Durante un segundo no supe qué decir, pero me recompuse en seguida.

—Hola, Jade. —Le sonreí—. Qué pena que hayas perdido tu dinero. Ojala lo encuentres pronto.

Lo saludé con la mano y me aparté hasta acomodarme detrás de Noah y la chica sangrante. Si Jade intentaba recuperar su dinero, tendría que pasar por ellas primero.

Afortunadamente llegó una profesora en ese momento. Detrás de ella Charlie se apresuró con preocupación. Ella me miró en una pregunta silenciosa y yo le sonreí para que viera que estaba bien. Para sorpresa de ambas, yo no había tenido nada que ver.

Los últimos estudiantes entraron y uno de los porteros se acercó a la puerta de entrada para cerrarla.

—¿Qué ha pasado? —preguntó la profesora con alarma.

Se acercó a nosotras y tomó el rostro de la chica entre sus manos para examinarlo. Ella intentó apartarse, incómoda.

—La han empujado cuando entrábamos —dijo Jade.

Charlie reparó en ese momento en su presencia. Sus ojos pasaron de sus pies a su rostro en sólo un par de segundos y una de sus cejas se arqueó con curiosidad.

Jade ni siquiera se dio cuenta de la presencia de mi amiga.

—Esta bien —dijo la chica que se había golpeado. Le dio un manotazo a la profesora para que le soltara la cara y volvió a limpiarse la sangre con su camiseta—. No importa. Quiero encontrar mi salón.

La profesora se llevó una mano a la frente como si le acabara de dar dolor de cabeza.

—¿En qué año estás?

—Último.

Nosotras también estábamos en último.

—¿En qué división? —preguntó Charlie con interés.

Ella abrió el puño que había estado manteniendo cerrado y sacó un papel pequeño y arrugado de su palma para leerlo.

—La sexta —leyó.

El instituto era muy grande. Este, en particular, no sólo por su ubicación cercana al centro, sino por su historia. A los profesores les gustaba hablar sobre su prestigio y cómo muchas figuras importantes estudiaron aquí. A mi me gustaba hablar sobre cómo el techo de la biblioteca estaba hospedando una familia de palomas.

Ser grande implicaba tener muchos estudiantes y eso significaba que cada año estaba seccionado en muchas divisiones. Los primeros años llegaban incluso a tener diez o más.

—Yo también soy de la sexta división —dijo Jade.

Me atraganté con mi saliva.

—Y nosotras —agregó Charlie de buen humor.

Ella escondió las manos detrás de su espalda y le sonrió a la profesora mientras sus pies cambiaban de peso del talón a la punta.

El timbre del inicio de las clases retumbó en los pasillos.

—Tú. —Señaló la mujer a Noah—. Acompáñala a buscarse una gasa. Luego vuelvan a clase. Ustedes tres —nos miró a Charlie, a Jade y a mí—. Al salón.

Noah no perdió el tiempo.

Se acercó a la chica nueva y señaló hacia otro pasillo para indicarle a dónde tenían que ir. El único botiquín que tenía toda la escuela se encontraba en la cocina.

¿Escuchas Girl in Red? | PRONTO EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now