Capítulo 1

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Bogotá, Colombia

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Bogotá, Colombia.
21/03/2021, 6.11 a m.

Las tranquilas calles de aquella ciudad en medio de un hermoso amanecer hacían desear a cualquiera que ese paisaje se quede por más horas. Pero no era tiempo de mirar por el balcón, así que la albiceleste se voltea con una sonrisa cínica en sus labios.

Observa el cuerpo agonizante de aquel hombre atado de pies y brazos al borde de una muerte segura si no decidía cooperar con la sudamericana. El jadeo incesante de sufrimiento, la sangre sobre las hermosas cortinas blancas, manchando los pisos de mármol dorados como el sol. La hispana mira al no tan pobre joven de una edad casi adolescente, manchada de pequeñas gotas rojas sobre su tez blanca, sosteniendo en sus manos un famoso Fallkniven, tan filoso y precioso que traspasaria su carne como si se tratara de un venado. Sus tacones largos y rojizos hacían un hermoso eco mientras se acercaba al casi cadáver, se arrodilla frente a él tomándolo de su cabellera y levantando su cabeza para una mejor vista, ésta lo mira sonriente comienza a pasar lentamente el filo de aquel cuchillo sobre la piel ensangrentada del chico.

—¿Sabes?... Aveces desearía que la humanidad tuviera cuello, me excitaría mucho ahorcarla.

El jovencito en agonía y lágrimas escupe sobre la cara de la latina, quien ni siquiera se inmuta, en su lugar, ensancha su sonrisa. Acomoda el cuchillo entre su mano y con éste acaricia la cara del muchacho quien reprime gritos mientras la mujer le da cortadas en su rostro.

— Linda lengua... Me pregunto, qué pasaría si deseo quitartela...

La argenta procede a abrir bruscamente la mandíbula del ya débil muchacho, acerca su cuchillo a ésta.— ¿Última palabra?.

Entre susurros, el joven dice;— Púdrete, hija de perra.

De un solo movimiento y un fuerte toque el grito desgarrador del joven resonó en la habitación, moviéndose desesperadamente al sentir el cuchillo cortar sin contemplaciones su lengua, siente la sangre escurrir su boca y manchar la cara de la latina, hasta que lo que deberían ser gritos de auxilio simplemente se convirtieron en llantos incesantes. La latina sostiene el trozo muscular entre sus manos, lo tira a un lado, soltando risitas sádicas por lo bajo, divertida por su accionar, limpia las gotas de sangre que saltaron en su rostro. Suelta su cabeza empujandola tan fuerte que chocó contra el suelo, el joven desesperado por misericordia o al menos una gota de descanso durante toda su noche de torturas donde le habían quitado uñas de sus pies, obligado a beber Cloruro de Sodio, sentado en una silla eléctrica y electrocutado en la misma por horas, incluso cortado gran parte de sus dedos y genitales, comienza arrastrarse con poca fuerza sobre el suelo, muriendo lentamente a manos de la desalmada mujer que continúa riendo.

La pistola silenciada apunta directo a la cabeza del chico, quien sin pensarlo, aprieta el gatillo. Los movimientos de éste acabaron, quedando inerte en el suelo sin signos de vida, la latina retira los guantes de sus manos, dándole la pistola a uno de sus guardaespaldas, quienes comenzaron con la limpieza.
— Cielos, odio a los niños.

Entre tus labios [ UrssArg/NazArg Countryhumans ] Where stories live. Discover now