Capítulo 14

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— ¡No!, ¡Basta!. ¡Detenganse!.

Los golpes entre los dos mafiosos llegaron a los oídos de todos los médicos, quienes estaban rodeando la habitación para separarlos. La sangre recorría sus rostros como si fuera una escena de tarantiles. Argentina ya no sabía que más hacer pero optó por no meterse, no quería salir lastimada en la infantil acción de los dos mayores.

El golpe que le dio Urss a Reich lo había dejado muy lastimado, tanto así que de suerte se mantenía de pie frente a la pelea. Un puñetazo en la cara le bastó para terminar en el suelo, con el eslavo arriba de él, moliendolo a bruscas golpizas que parecían tener intenciones de matarlo. Argentina no lo evitó más, y empujó a Urss para proteger al alemán.

— ¡Detente! ¡Lo estás matando!.

— ¡Me importa tres carajos que se muera!.— El de ushanka se acerca violento a la mujer, que por segundos se asustó pensando que le haría algo.

Contrario a eso, sólo pasó por su lado para salir de la habitación y cerrar la puerta de un portazo fuerte. Los médicos quisieron acercarse a Reich, pero éste los alejó insultandolos y amenazando de muerte a todo aquel que se le acerque. Así que todos deciden retirarse.

Excepto Argentina, que tomó el kit de primeros auxilios. Se acerca al alemán que se encontraba sentado en la camilla, todo golpeado.

— Tú no me toques.

— Tú vas a cerrar la boca y yo haré lo que se me de la gana.

Argentina hunde un paño en alcohol y los presiona en la mejilla de Reich, sin cuidado.

— ¡Ah, mierda!.

— ¿Ahora vas a llorar?.— Pregunta sin dejar de presionar delicadamente.

El alemán guarda silencio y se deja curar. Argentina gira un poco su rostro para darle comodidad, los ojos de Reich seguían los movimientos de ella, lentamente explorando su tierna carita consentrada en las heridas que le había provocado el eslavo.  Los ojos celestes que tanta confusión le daban al pobre. Recordando por segundos aquella vez que fue como su primera pelea.

— ¿Aún dejas que abusen de ti?.

Reich fulmina con la mirada a la niña que lo miraba en el suelo.— Ya te dije que no te metas.

— Pareces un debilucho dejando que dos niñas tontas te golpeen. ¿Acaso te golpean en tu casa? Parece que disfrutas el maltrato.

El de menor altura se levanta y empuja a la niña quien de suerte no cae al suelo. Ésta frunce el ceño ofendida ante la acción.

— Eso estuvo bien. Pero no es a mi a quien deberías empujar. ¿O cuando yo te he golpeado a ti?.

El alemán frunce sus labios aguantando las lágrimas.— ¡Ya dejame en paz!.

— Lo haría, si dejara de ver a un niñito débil que deja que dos estúpidas brujas le golpeen hasta dejarte sangrar.

— Si te me vuelves a acercar, tú serás la que va a sangrar.

Argentina sonríe cínica.— Me gustaría ver eso...

Con un algodón mojado en alcohol pulsa suavemente en el labio inferior para sanar la última herida. Acerca su cara un poco más para limpiar correctamente. Pero su cercanía era demasiada invasión al espacio personal de Reich, quien ya tenía las mejillas sonrojadas.

— Y... Listo. ¿Te sientes bien?.— Pregunta levantando la mirada para que sus ojos conecten.

Instintivamente la mirada de Argentina baja a los labios del alemán por unos segundos. Involuntariamente una de las manos de la argenta se eleva masajeando con suaves toques la mejilla menos lastimada de Reich, pasando saliva nervioso ante el accionar de su contraria.

Entre tus labios [ UrssArg/NazArg Countryhumans ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora