Capítulo 4

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— Ku Klux Klan

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— Ku Klux Klan.

— Ha pasado tiempo, querida.

— ¿Porqué?...

KKK ríe.— Te debo muchas cosas, después de el plan Cóndor me hiciste grandes favores.

Argentina pasa saliva recordando, mira al dúo mafioso, y miles de preguntas surgieron en su mente.— ¿Porqué estás con ellos?, ¿Qué quieres?.

— Tranquila, tal vez nuestros bandos sean contrarios y bastante enemigos. Urss y Reich me deben un favor, así que éste es el favor que les pedí, deben cuidarte. Tu padre no sabe que ellos serán tus... Enfermeros, pero no será necesario que lo sepa, reaccionaría mal y te alejaría de mi. Solo quiero que estés a mi cuidado mientras te recuperas, tuviste golpes bastante serios.

Argentina frunce su ceño, desconfiada, opta por asentir con la cabeza lentamente. Baja el arma, por lo que Reich aprovecha para acercarse y quitársela de las manos, algo enojado. Esta voltea los ojos a la acción preventiva del nazi.

— Me vuelvo a retirar, sólo pase para buscar unos archivos que me olvidé. Escuché el disparo y tuve que venir a ver. Me alegra que te hayas despertado. Ustedes, cuidenla. 

KKK le sonríe y sale de la habitación. El dúo mafioso mira con desdén a la latina, quien comenzó a comer la comida de la bandeja. Levanta la vista para ver cómo la observan con enojo.

— No me juzguen, aunque si hubiera dependido de mi les encajaba una bala en la frente.

Reich suspira y se tira en el sofá para seguir mirando sus redes. Urss guarda silencio, toma un libro para sentarse en otro silloncito y leer mientras mira por la ventana. Argentina por su lado termina de comer y se fija en el paisaje, aún ni siquiera sabía dónde estaba, no le importó mucho, pero el hecho de tener a dos enemigos ahí la tenía incomoda. Aunque ya conocía al Nazi, desconocía quién era Urss. Estaba curiosa, así que sonríe y toma un vaso de agua para después hablar con él.

— Oye, grandote. ¿Y yo que te debo a ti?.

Urss levanta la mirada.— Nada.

— ¿Y porqué quieres matarme?.

— Con saber que tu padre es España mi razón es más que suficiente.

Argentina frunce su ceño, y su mente hace clic.— ¡Oh! Eres el hijo del Imperial Prusia. Ahora tiene sentido.

Reich ríe.— Pobre comunista. Tener esa vejeza de padre debe ser horrible, ¿Ese abusador no violaba a sus empleadas?.

Entre tus labios [ UrssArg/NazArg Countryhumans ] Where stories live. Discover now