Supernatural/Sobrenatural (1ª Temporada)

RUTA 666

-Creo que he encontrado la forma de evitar esas obras que hay al este de aquí.

Elena se acercó a Sam, que miraba un mapa.

Detrás, Dean estaba llamando por teléfono.

-Tal vez lleguemos a Pensilvania antes de lo que creíamos.

-¿Por dónde coño quieres pasar? –Elena miraba el mapa con atención, sin encontrar otro camino.

-El problema es que no vamos a Pensilvania –respondió Dean, pasando junto a ellos.

-¿Qué? –Sam miró a su hermano con el ceño fruncido.

-Acaba de llamarme… una vieja amiga. Su padre fue asesinado anoche. Puede que nos interese.

-¿Y eso que tiene que ver? –preguntó Elena, algo confundida.

-Creedme, no me habría llamado si no nos necesitara.

-Ya… ¿y se puede saber a dónde nos dirigimos?

-Sígueme.

Dean entró en el Impala y Elena se marchó a su Camaro.

-¿Y qué se supone que le ha pasado al padre de tu novia? –preguntó Elena, expulsando el humo del cigarro por la nariz.

-No es mi novia.

-De acuerdo. Exnovia.

-¿Es que he tenido que salir con todas mis amigas?

-Dean, estamos hablando de ti.

Elena escuchó la risa de Sam desde el otro lado del móvil.

-A mí no me la ha mencionado –pinchó Sam.

Dean bufó.

-Sí, vale. Salimos.

-¿Has salido con mujeres más de una noche? –preguntó Elena, haciéndose la sorprendida.

-¿Hablo un idioma que no entiendas? Papá y yo hacíamos un trabajo en Ohio, ella había dejado la universidad. Salimos un par de semanas.

-¿Y? –le animó a seguir su hermano.

Dean se quedó en silencio.

-Oye, es terrible lo de su padre pero, ¿no será solo un accidente? –preguntó Elena.

No estaba muy convencida de aquella misión.

-No veo que tiene que ver con nosotros.

-¿Y cómo sabe a qué nos dedicamos? –preguntó Sam.

Dean siguió en silencio.

Elena lo comprendió.

-¡Se lo dijiste!

-No… -murmuró Sam-. ¿¡Estás loco!? ¡La primera regla de nuestra familia es que hacemos lo que hacemos y no lo contamos! ¡Durante un año y medio no hice más que mentir a Jessica y tú sales con esa chica de Ohio un par de meses y ¿se lo cuentas todo?!

Dean siguió en silencio y Elena se mordió el labio.

Le recordaba demasiado a una historia que tuvo hace tiempo.

-¡Dean! –exclamó su hermano.

-Sí, así es.

El Impala aceleró y Elena lo siguió hasta Cape Girardeau, en Missouri.

Cuando llegaron, pidieron habitaciones en un motel cercano y se marcharon al lugar de trabajo de la ex de Dean.

-Dean –exhaló cuando lo vio, andando hacia él.