ALGO MALIGNO

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-Es posible que se te haya escapado algo –le decía Dean a Sam en el interior del Impala.

-Tío, busqué en LexisLexis, informes policiales, periódicos… y no encontré nada en absoluto ¿Seguro que las coordenadas son esas?

-Sí, es Fitchburg, Wisconsin. Papá no nos daría unas coordenadas si no fuera importante.

-Pues ya te he dicho que he mirado y no he encontrado más que un montón de nada. Si papá quiere que cacemos algo, no sé qué es.

-Puede que nos espere allí.

-Sí, ya, porque hasta ahora nos ha sido muy fácil localizarle.

-Eres un sabiondo, ¿lo sabías? –Miró por el espejo retrovisor a Elena, que estaba asomada a la ventana-. ¿Tú qué has encontrado, Lena?

-Ni me hables –masculló.

Dean forzó una sonrisa. En realidad, le dolía bastante que Elena llevara una semana y media haciendo como si no existiera.

Debido a un desgraciado accidente, el Camaro de Elena había quedado inhabilitado. De por vida.

No había nada que hacer con él.

Todo lo que quedaba de ese coche eran hierros chamuscados.

-En Fitchburg habrá algo que valga la pena –aseguró Dean, intentando no pensar en eso.

-¿Sí? ¿Cómo estás tan seguro?
-Bueno, porque soy el mayor, así que siempre tengo razón.

-De eso nada.

-¡Claro que sí! Los hermanos mayores siempre tenemos razón en todo, sino que te lo diga Lena.

Sam miró a su amiga. Se sentía un poco culpable por lo que le había pasado a su Camaro.

A decir verdad, fue él quien ideó la broma, aunque no pensaron que saldría tan mal.

El Impala también tenía cacharros dentro de las rejas del aire y no le había pasado nada, tan solo se escuchaba un ruidito.

El Camaro de Elena echó a arder en cuanto puso las llaves en el contacto, explotando al instante en que Elena salió de él.

-¿Eso es cierto? ¿Siempre sabías más que tu hermana?

-No quiero hablar de mi familia –fue lo único que contestó.

Sam suspiró y volvió la vista a la carretera.

Tampoco le hablaba a él.

Cuando llegaron, Dean aparcó el Impala frente a una cafetería y entró para interrogar a la camarera mientras Elena y Sam se quedaban fuera.

Ella fumando, él pensando.

-Oye Lena, en cuanto a lo del coche…

Alzó una mano.

-Ahórratelo. No quiero escucharlo.

Miró con fijeza un pequeño parque que había justo frente a ellos. Recordó su casa destruida y en la que ahora había un puto parque lleno de mocosos como aquel de allí… no, en aquel parque no había ni un alma.

Cuando Dean volvió, le dio un vaso de café a cada uno.

-El tuyo es descafeinado –le dijo a Elena-. Se que te gusta así, así que… -se calló cuando se dio cuenta de que por mucho que dijera, Elena seguiría pasando de él-. Según la camarera los masones del pueblo se traen algo entre manos pero, aparte de eso nadie ha oído que ocurra algo raro.

-¿Tenéis hora? –preguntó Elena, tirando el cigarro.

-Las cuatro y diez –respondió Dean, aliviado de que volviera a hablarles-. ¿Por?

Supernatural/Sobrenatural (1ª Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora