5- Conocer

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Unas horas después de lo sucedido, Keigo se despierta en su cama confundido por lo que pasó, ¿Dónde estará? Fue la pregunta que rondaba su cabeza en ese momento, pero esa pregunta pasó de ser confusión a temor, ¿dónde estará el extraño que dejó entrar a su casa y que luego dejó sin vigilancia por estar dormido? Rápidamente se levantó de la cama a buscar a Toya por toda la casa, para su suerte no estaba allí y tampoco es que haya robado algo por así decirlo, lo que si encontró fue una nota en la mesada de su cocina, al abrirla se encontró con el siguiente mensaje.

"Fue divertido, si quieres háblame (número de teléfono)"

Toya T.

Experimentó un sonrojo en sus mejillas al leer la carta, agarró su celular y agendó el número luego pensó por varios minutos si debería escribirle, pero al final concluyó con que sí.

"Hola :D"- mandó por mensaje.

Dejó su celular en la mesada y se fue a hacer otras cosas, pero antes de que pudiera dar otro paso escuchó el sonido de la notificación de su celular, volvió tan rápido como pudo.

"Hola, ¿quieres hablar afuera?" preguntó Toya por el chat.

El rubio se quedó pensativo mirando el ventanal que daba a su casa y luego escribió- "Ok estaré ahí en unos minutos".

Rápidamente fue al baño a lavarse los dientes, la cara, a peinarse y ponerse perfume, luego fue a su habitación y se coloco ropa no tan de casa, una bermuda de jean y remera de color negro, se cambió sus aritos de las orejas por unos que solo usaba en "ocasiones especiales" aunque estos no tenían nada de especial, solo eran de color negro.

Al salir al balcón vió a Toya esperándolo encimado a la vara del balcón fumando un cigarrillo- Vaya que has tardado- habló este dirigiéndole una mirada carismática.

-Lo siento- rió nervioso el rubio- Es que tenía que terminar de mandar unas cosas- mintió.

Toya respondió con una sonrisa y luego se acercó hacia el- ¿Quieres?- le ofreció un cigarrillo.

-Gracias- contestó al recibirlo, el pelirrojo consecutivamente enciende el cigarro con un encendedor.

-¿Trabajas, estudias o algo?- preguntó el alto mirando el paisaje urbano debajo de ellos.

-Trabajo y estudio- respondió sonriente.

-Un omega que tiene trabajo y estudia, no es muy común de ver- dijo este.

-¿Tu?- preguntó el rubio.

-Pues mi papá tiene una gran empresa y me obliga a trabajar con él, así que podría decir eso, aunque odio profundamente ese trabajo- sonrió de lado.

-Mi papá es médico así que no me puede obligar a trabajar con él, aunque creo que si tuviera la oportunidad lo haría- ambos rieron.

-Los padres apestan- terminó de decir el alto.

-Concuerdo- contestó el bajo y le dio una calada a su cigarro quedándose pensando en todos los momentos en los que su padre lo maltrató.

"¡¿Un omega de hijo?!" gritó su padre cuando los análisis de sangre habían llegado a su padre "Prefiero un hijo muerto"

-¿Te pasa algo?- preguntó el pelirrojo al ver el rostro de tristeza del rubio.

-Nada, solo recordaba cosas- contestó este sonriendo.

-¿Ves esta cicatriz?- preguntó Toya levantando un poco su remera para que Keigo viera la parte baja de su abdomen, en esta había un corte de unos 8cm de largo.

Keigo el cual no se había percatado de eso cuando habían tenido relaciones preguntó- ¿Qué te pasó?

-Mi padre lo ocasionó cuando me obligaba a ir de caza con él, trató de hacer que le disparara a un venado, lo cual obviamente me rehusé como consecuencia el venado me tacleó con sus afilados cuernos.

El rubio hizo un gesto de dolor- Que feo- contestó.

-Ahora cuéntame algo tuyo- dijo este sonriendo.

-Pues...- el omega se quedó pensado, hasta que encontró la anécdota correcta- Mi padre me odiaba, todavía lo hace, por ser un omega así que un día me subió al techo y me dijo "En mi casa no harás ningún nido" ya que estaba en celo y tiendo a realizar nidos, lo que ocurrió fue que el techo al estar mojado por una reciente lluvia hizo que me resbalara y me cayera de este, en conclusión un brazo roto y varios golpes en mi abdomen y rodillas- este lo miró desafiante.

-¿Eso es lo peor que te sucedió?- preguntó de forma irónica el alto- Un día mi papá se olvidó que estaba detrás de la camioneta y al hacer marcha atrás me llevó puesto, estuve internado 3 días- Toya se iba acercando cada vez más a Keigo a medida que contaba su historia.

-¿Eso te parece malo?- pregunto el omega sarcástico- Un día mi padre por estar bajando un mueble no me vió y me llevó puesto ocasionando que me caiga por las escaleras, perdí el conocimiento- ambos estaban tan cerca que sentían la respiración del otro.

-Vaya mierda de padre que tenías- contestó Toya sin alejarse y dirigir su mirada hacia sus labios.

-¿Y el tuyo? Le decían Raquel Castillo, pero en vez de cantar ejercía la paternidad- el alto soltó una carcajada.

-Buena jugada- Toya después de reír volvió a la misma posición que antes.

Ambos se estaban viendo a los ojos, cada uno apreciaba el color de iris del otro, mientras que uno se quedaba perdido en el color celeste frío, el otro en el color miel, hasta que la atracción que sentían ambos unió sus labios.

Para Keigo fue como una sensación extraña que se esparcía desde su corazón hacia el resto del cuerpo. En cambio, Toya nunca había sentido esa sensación de sentirse tan embobado, como si estuviera volando sin alas.

El alto agarró sus mejillas para poder sentir los labios del mas chico mas profundamente, de repente sentía que el omega era una droga en la que él estaba en abstinencia. Sumado el olor dulce que producía por su celo, sintió la necesidad de marcarlo, tanto fue que se tuvo que alejar de Keigo para no hacerlo, no sin su consentimiento- Se me hace tarde, me tengo que ir, pero ¿nos vemos mañana?- habló este.

-Ok, háblame por mensaje- respondió el rubio y cada uno se metió a su casa.

Keigo estaba totalmente acelerado, su corazón palpitaba a mil, su miembro y orificio aclamaban por entregarse al alfa como lo había hecho hace unas horas, pero en el fondo sabía que no tendría que seguir juntándose con él, puesto a que el contexto en el que estaban viviendo, pandemia, no debería estar besuqueándose con extraños, así que decidió consultarle con su amiga Johana, la cual le dijo textualmente "Fuck the police" a lo cual el concordó totalmente.

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No es cierto amigos, no sean como Johana y digan "Fuck the police" en este contexto de pandemia, hay gente que la pasa mal UnU

Cuidense y usen barbijos ;u

Un consejo de su querida *Miss Keisha*

Encuarentena2 (DabiHawks) -Omegaverse-Where stories live. Discover now