10- Sueños

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Keigo estaba absorto de lo que sucedía a su alrededor puesto a que estaba sumergido en un profundo sueño, y eso no era todo, estaba abrazado a algo que le resultaba tan cómodo, y a su vez, escuchaba en su oído una calmada respiración y unas palpitaciones tranquilas que sentía que lo amarraban para que siguiera durmiendo. Estaba durmiendo como nunca, hace ya varios días que estos tipos de sueños no eran recurrentes, y él ya comenzaba a extrañarlos.

Para Toya, no era tan placentero su sueño, aunque tenía a alguien abrazado a él (cosa que le encanta) su brazo se estaba quedando sin circulación, pero en su mente solo se repetía algo- Resiste, se ve muy tierno durmiendo- se daba aguantes, pero a ese punto pensaba que su brazo ya no tenía salvación.

El rubio poco a poco iba despertando, hasta que realizó que lo que le estaba brindando esa comodidad era nada mas y nada menos que el pelirrojo del cual se estaba enamorando poco a poco- Perdón- se disculpó separándose de él- No era mi intención quedarme dormido y menos que menos en tu brazo- volvió a disculparse y se levantó del sillón, Toya, adormilado, se sentó en el sillón y le sonrió.

-No te preocupes, hace mucho no dormía tan bien- se rascó la cabeza con su mano derecha.

-Yo también- respondió Keigo- Esto del trabajo y el estudio es estresante- sonrió este- Apropósito, ¿qué hora es?- preguntó.

Con un rápido chequeo en su celular Toya contestó- Son las 7 am- ambos se quedaron viendo, pensaban que era más tarde.

-Es re temprano, pero debería irme a mi casa- dijo Keigo agarrando sus cosas y dirigiéndose a la puerta.

-¡Espera!- Toya lo detuve agarrándolo por el brazo.

-¿Qué?- preguntó nervioso.

-Tienes algo para hacer hoy- preguntó sonriéndole.

-Hoy domingo día libre- contestó el otro.

-Entonces quédate- ofreció el alto.

Un sonrojo invadió los cachetes del rubio- ¿E..E..En serio?- tartamudeó.

-Si, me dijiste que dormiste bien y bueno pensé que si te quedabas podemos seguir durmiendo plácidamente- aunque Toya lo dijo con total seguridad, la realidad es que estaba muerto por los nervios- ¿Quieres?-

-Ok- contestó el rubio sonriendo.

Toya le tomó la mano y lo acercó más a él, al verlo desde abajo, Keigo, sintió una presión en su pecho y un sonrojo en sus mejillas, el pelirrojo lo tomo de la barbilla y juntó sus labios con los de él, ambos cerraron los ojos y dejaron que el momentos los llevara.

Terminaron en la cama de Toya, pero al contrario de la creencia popular no estaban mojando al gato o jugando al teto... Estaban durmiendo abrazados tan plácidamente como si nada a su alrededor pudiera dañarlos... Se sentían seguros en los brazos de cada uno, ambos a la vez se preguntaban, ¿es esto el amor? Lo era, pero para que sea un amor duradero y fuerte, tiene que pasar por obstáculos y uno estaba por llegar, más específicamente en nueve meses...

Encuarentena2 (DabiHawks) -Omegaverse-Where stories live. Discover now