𝙊𝙪𝙞𝙟𝙖

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Durante la década de 1840, era normal que las casas respetables de la alta sociedad parisina organizaran una sesión de espíritismo el sábado por la noche y acudieran a misa el domingo por la mañana. La fiebre por el contacto con el otro lado cruzó el océano en 1848, cuando las se empezaron a recorrer la ciudad de Nueva York con sus escandalosas séances. Prácticamente el catálogo completo de sustos fáciles que después aprovecharía el cine de terror (golpes en las paredes, luces que se apagan súbitamente, posesiones transitorias) fueron inventados por estas distinguidas damas, que más tarde confesaron haber fingido todo el tiempo. Pero lo cierto es que Norteamérica quería creer: con una esperanza de vida no muy superior a los 50 años, una asistencia sanitaria aún peor que la actual (sí, eso es posible), un número espeluznante de muertes durante el parto o la infancia y la sombra de la guerra civil reclamando las almas de los más jóvenes, la necesidad de seguir en contacto con los seres queridos era acuciante, casi un mecanismo de defensa psicológico. Está comprobado que incluso Mary Todd Lincoln organizaba sesiones espiritistas en la Casa Blanca para contactar con su hijo de once años, víctima de una fiebre en 1862. ¿Una casa poseída sería mejor que una ?




La adolescente estrangulada

En diciembre de 1972, una joven muy impresionable y nerviosa llamada Jennifer Lynn Sprigman, jugó la Ouija con una compañera de escuela. Con sólo 14 años, la adolescente hizo contacto y su primera pregunta fue a qué edad iba a morir. La respuesta no se hizo esperar: "18", "asesinada", "estrangulada", fue lo que el tablero señaló. El 3 de octubre de 1976, a dos semanas del cumpleaños número 18 de Lynn, la joven de Illinois murió estrangulada. El asesino nunca fue encontrado.

 El derrumbe misterioso

El 25 de noviembre de 2007 cinco adolescentes ingresaron en una casa abandonada con el objetivo de poder jugar a la Ouija en un lugar tétrico. Los jóvenes preguntaron al espíritu con el que se comunicaban si le molestaba la presencia de alguno de ellos, y éste, supuestamente, les contestó que tres de ellos tenían que marcharse. Cuando éstos se retiraban y ya estaban a una distancia considerable vieron cómo la casa se derrumbó de un momento a otro, dejando sin vida a sus compañeros que se quedaron adentro.

Asesinato por encargo

Julio César Miranda era un adolescente cuando jugó a la Ouija con un compañero del colegio, lo que provocó que ambos sean poseídos por un ente maligno. Según la madre del chico, Julio César empezó a hacer cosas extrañas como salir a la calle desnudo o hacer sus necesidades en público y un día le dijo a su madre que el demonio le había dicho que la matara a ella y a su hermana. El muchacho terminó cogiendo un cuchillo e hiriéndose en el estómago, lo que le provocó la muerte.

Una aterradora confesión

En el año 2000, siete estudiantes universitarios se reunieron para jugar a la Ouija y una de las participantes no dudó en preguntar a qué edad iba a morir. El tablero contestó con el número 31 y la palabra "anorexia". En ese momento la joven confesó a sus compañeros que desde hace ya varios años sufría de bulimia y anorexia. Los años pasaron y se supo que esa muchacha falleció a causa de un ataque cardiorrespiratorio provocado por complicaciones de las enfermedades antes mencionadas. Tenía 31 años.

Varios entes en un solo cuerpo

Estefanía Gutiérrez era una adolescente española que había jugado un par de veces a la Ouija con sus amigas del colegio. Una de esas ocasiones, una profesora las descubrió y al hacerlo vio cómo el vaso de vidrio que estaban usando a manera de 'aguja' se rompió y un 'humo negro' se metió por la nariz de la joven. Estefanía aseguraba que sentía la presencia de varias personas dentro de ella y empezó a convulsionar. Meses después falleció sin conocerse exactamente los motivos

"𝑶𝒔𝒄𝒖𝒓𝒐𝒔 𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐𝒔"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora