𝕃𝕖𝕪𝕖𝕟𝕕𝕒𝕤 𝕄𝕖𝕩𝕚𝕔𝕒𝕟𝕒𝕤

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La ira de la muerte

Esta leyenda cuenta que un joven vivía a lado de su madre, él creció y decidió vivir solo, su madre al comprender su decisión se puso triste y se fue a vivir a otro lugar.

Una noche, tocaron la puerta de la casa del joven, pero como ya era muy noche, él estaba dormido, y entre sueños, escuchó que era su madre insultándolo y aborreciéndolo.

Al día siguiente, el hombre fue a preguntarle a su mamá de el porque se había comportado así, llevándose la sorpresa de que su mamá no había sido.

Entonces, la siguiente noche ocurrió lo mismo, él no hacía caso, pero a la tercera noche que su madre le decía que ella no había sido, decidió salir a ver quién era.

Al abrir la puerta se escuchó un fuerte ruido que despertó a todos, él estaba en su casa agonizando y con cara de mucho terror por lo que había visto.

Lo que se dice es que la muerte estaba buscando a su madre, y al no encontrarla se enfureció y se ensañó con él.




El Novio de la Muerte 

Cuenta la leyenda que Verónica era una joven alegre, que era de novia de Fernando, habían planeado casarse y una semana antes, ella viajó fuera de la ciudad para entregar sus invitaciones.

Cuando llegó el día del matrimonio, ella aún estaba en otra ciudad, pero decidió vestirse ahí y llegar de frente al matrimonio.

Subió presurosa al auto y sin saber por qué, empezó a tener una extraña sensación que la puso un poco inquieta. Su tía que iba con ella, lo notó pero le dijo que los matrimonios siempre son así.

La mañana era triste y el clima muy malo, pues estaba lloviendo con regular intensidad, cuando ya estaban a 20 minutos de llegar a la ciudad, en un tramo lleno de curvas, el conductor, inmerso en la idea de llegar temprano a la boda, aceleró y no pudo controlar el auto que cayó a un barranco. La joven novia murió instantáneamente.

Años más tarde, un compañero de su colegio tuvo que viajar solo, por la carretera donde sucedió el accidente. Eran las 12 de la noche, y antes de pasar por la curva donde murió Verónica, miró por el espejo retrovisor de su auto, y no le fue difícil reconocer en aquella mujer que estaba sentada en el asiento de atrás. Era el mismo rostro de Verónica, pero éste estaba desfigurado. Sintió tal terror que le hizo perder el control de todo y se estrelló, muriendo en el acto.

Se dice que si viajas solo por esta carretera, no debes de mirar tu espejo retrovisor, pues Verónica siempre está sentada en el asiento trasero, tratando de conseguir victimas que sufran igual que ella.


La Pascualita

Detrás del aparador de un local llamado La Popular, una tienda de Chihuahua encargada de hacer los famosos vestidos de novia de la zona, está la Pascualita.

El maniquí permanece ahí desde 1930, cuando la dueña la adquirió luego de llegar de Francia porque además de ser sumamente bella y de aspecto realista, se parecía bastante a su hermana y a ella.

Según se cuenta, desde el primer día en que la novia de cera estuvo en la La Popular tuvo mucho éxito entre los transeúntes puesto que era distinta a los demás maniquís de la época: tenía un mejor acabado en la cera, sus ojos eran de cristal, su pelo y sus pestañas eran implantes de genuino cabello humano, y su expresión, a diferencia de las de tantos maniquís de mirada inerte, era viva y reflejaba emociones, como si tuviera alma.

"𝑶𝒔𝒄𝒖𝒓𝒐𝒔 𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐𝒔"Where stories live. Discover now