Fɪᴠᴇᴛʜ "Nɪɢʜᴛᴍᴀʀᴇ"

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La espiración agitada del menor era demasiado extraña, Sunoo habia insistido en que Niki durmiera en su cama y el en un sillón que había al lado de esta, aunque en un principio se negara logro convencerlo.

"Tus idioteces nos han causado muchos problemas, niño" dijo la grave voz, tomándole del pelo al pequeño rubio, volteando a ver a la silueta animal frente a el. 

"Deberías pagar por eso, deberíamos destrozarle y alimentar con eso a vuestros hermanos... Pero aún nos es útil, su sangre es de lo más valiosa, incluso podríamos usarle para crear una granja de los suyos." El seguía negándose, le dolía pero no quería mostrar debilidad, seguiría los consejos que le dio su padre y mantendría la cabeza en alto. "¿O acaso quieres tomar su lugar, Yudai?" El felino frunció el ceño, ¿De dónde carajos sacó su nombre? No tuvo más remedio que volver a su forma humana y mirarle.

"Sueltalo." Ordenó, una silueta alta e intimidante se acercaba, mostrando un rostro conocido para el menor... El soldado estrella que siempre iba al mando de las batallas estaba frente a él, Yudai Koga, o mejor conocido como 'K'. "Pequeño." Mira al menor después de que es dejado caer al suelo bruscamente. "Vas a estar bien, solo... Corre y no mires atrás." Susurra a su oído.

"Oh, que escena más conmovedora. ¿Vas a sacrificar tu vida por este simple mocoso?" El más alto le mira con un semblante serio y asiente, Niki llora de impotencia e intenta pararle, pero solo recibe una cálida sonrisa y una despedida.

"Recuerdas a dónde dije que fueras, llega ahí cuando antes... Te encontraré." El mayor solo parte con aquellos dos, las lágrimas comenzando a recorrer las mejillas del menor, peor no hay tiempo y tiene que seguir las instrucciones del mayor. Todo estaría mejor si no fuera porque aquel lugar 'tranquilo' fue tomado esa misma noche por los humanos maliciosos que buscaban inmortalidad. Cortaron sus entrañas y extrajeron su sangre, solo los platinados fueron supervivientes de aquello, y muchos más murieron en el camino, después de todo tenían que mantener viva aquella especie para que les brindarán todos los recursos que querían.

Los azotes en su espalda a cada vez que intento escapar, las miserias de comida que le daban... Aquellas veces que se llevaban a alguno de sus hermanos y hermanas a que fuera sacrificado o a que ayudara en la formación de las granjas era de lo peor.

"Solo quedamos nosotros tres, y no podemos estar así." Dice el mayor de los que estaban ahí, Jungwon. Su pelaje blanco lo podría derivar como un sanador o uno de los pocos de su especie que contaban con gran fertilidad para incluso formar una manada ellos solos. "Tenemos que huir."

"¿Cómo? Los perros vigías están atentos a todas horas..." Dijo otro de los linces de pelaje claro, esta vez uno de los sanadores más importantes de la manada, Heeseung."Si seguimos así lo más probable es que se lleven a uno de nosotros e intenten formar otra granja con-" un golpe se hizo presente. "Oh, mierda... Lo siento."

"Las puertas se abren al amanecer, es la hora del alimento... Ahí será cuando debamos escapar." Los tres asintieron y no pegaron ningún ojo hasta el amanecer.

Poco a poco los minutos fueron pasando, su sangre hervía y cuánto antes salieron corriendo.

"Nishimura, cierra los ojos... Y corre cuanto más puedas, no te concentres en lo que hay al lado." Le dice la voz del mayor, el asiente y sale corriendo, tal vez llegó muy lejos o muy cerca, no supo cuántos kilómetros corrió, pero el golpe en su cabeza se hizo presente y no despertó hasta estar en medio del bosque, su forma humana había vuelto y sus piernas temblaban, ¿Donde estaban sus compañeros? Asumió lo que había pasado... No había quedado nadie.

"Niki, Niki, ¡Niki despierta!" La voz de Sunoo hizo que el menor abriera los ojos. "Gracias al cielo, has estado tan extraño, comenzaste a sudar mucho mientras dormías y estabas llorando... No pude evitar querer despertarte, me asuste dema-."Un cálido abrazo por parte del rubio se hizo presente.

"S-Sunoo, tengo miedo... Tantas personas han sufrido por mi culpa." El mayor lo mira confundido y lo envuelve entre sus brazos. "Soy casi un asesino."

"Claro que no pequeño, tu eres un chico muy dulce y mereces ser cuidado con cariño... ¿Quieres que te abrace para que puedas seguir durmiendo?" El contrario solo asiente, Sunoo entra a la cama y lo tapa con más cuidado, aprecia todos sus rasgos faciales, tan finos y suaves a la vez.

Así fue como ambos pudieron dormir más tranquilos.

░❝Kɪᴛᴛɪᴇ❞ ✿ Sunki ༄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora