Capítulo 41.

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MARGARET.

Estaba en la clínica, sujetando la mano de mi esposo, aún no despierta.

—Yo cuidaré a mi amigo—Menciona Lewin —Lo lamento mucho por tu hija Layla.

—Lo siento, pensaba que mi hija amaba a tu hijo.

Seguro Lewin también pensará lo peor de mi hija, cómo lo habrá tomado, estaba su esposa muy emocionada en que se casaran nuestros hijos.

—No te preocupes, nadie manda el corazón de una mujer.

—De verdad me da mucha vergüenza que todo esto haya salido a la luz, mis disculpas para tu esposa.

—Si de hecho está muy molesta, pero no te preocupes. Ve a descansar, yo cuidaré de él.

—Gracias.

No quería apartarme de mi esposo, pero Sebastián me lleva a la mansión, es de noche. No podía conciliar el sueño.

—Layla no corras por favor te vas a caer cariño.

Observo a mi hija está corriendo, apenas es pequeña con sus 4 años.

Veo al padre de Layla, mi gran amor. De lejos, observo que Layla se acerca a un árbol.

—Cariño no corras por favor.

Volteo a ver la silueta del padre de Layla, y me asusto que mi hija no esté.

—Layla, dónde estás.

Estaba muy preocupada, corro buscándole, pero era en vano, no la encontraba.

—Cariño no te escondas de mamá. Layla.

Mi desesperación es enorme. El no poder verla.

Luego escucho a mi hija.

—Mami, ayúdame por favor.

Solo escuchaba la voz de mi hija, desesperada por encontrarla.

—Mami, ayúdame. Mami ayúdame, Mami.

—Mamá ayúdame por favor.

—Layla, donde estás hija, — me despierto de golpe, mis lágrimas están por mi rostro, era un sueño.

Lloro por no saber nada de mi hija. En ese momento suena mi móvil.

Busco en uno de mis bolsos. Mi sorpresa es inmensa, es Layla —contesto inmediatamente, pero se corta la llamada. Entonces yo trato de volver a llamarla pensando que talvez era un sueño.

Pero me doy cuenta que era real, alguien me contesta.

—Hija eres tú, Layla, respóndeme por favor.

—Mamá, mamá—Escucho su voz.

—Cariño eres tú—pero al parecer escuchaba entrecortado y ya no funciona.

Escuchar apenas su voz, me sentí aliviada de saber que era mi hija.

En ese momento llamo a Sebastián.

—Si señora.

—Sebastián, mi hija me acaba de llamar, mira—Le entrego mi móvil como evidencia.

—Que dice. —Se ve también sorprendido.

—Que mi hija me ha llamado.

Observo que revisa la llamada.

—Así es. Me ha llamado.

—Le avisaré al joven amo Landon, está con unidad de policías en la búsqueda de la señorita Layla.

LANDON , LA MANZANA PROHIBIDA.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ