Capítulo 42.

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—A dónde ibas, no se supone que tenías que estar en el altar con mi hermano.

Era el hermano de Maycol.

—Bajen las armas, la conozco. —Menciona

Se acerca.

—Eres muy mala, como pudiste escapar.

—Por favor, ayúdame.

—No cariño si te ayudo mi hermano se daría cuenta, imposible. Tienes que regresar.

—Por favor no quiero.

Le miro con ojos llorosos.

—Vamos, —me agarra de la mano.

—Te dije que no, —me suelto de su agarre. —Antes de regresar a ese maldito lugar, prefiero que me mates.

Se queda observándome, no sé de donde tuve la valentía, pero era cierto, estaba harta de poder soportar las órdenes de Maycol, prefería ser asesinada antes de regresar otra vez a esa mansión y estar encerrada.

—Bien qué esperas, mátame para que de una vez acabes con todas mis preocupaciones. —Espeto.

—No lo haré. —Responde.

Lucy me observa.

—Está bien, tú ganas, eres libre no te impediré en que te marches, pero si mi hermano te encuentra, yo no estaré para salvarte.

Me sorprendió lo que me respondió. Era acaso bipolar, se negaba y ahora si me ayuda.

—Vete. —Menciona otra vez.

Estoy sorprendida.

—Créeme yo sé que es amar a una persona, me hubiese gustado poder luchar por ella, pero ya no está.

Entonces entendí, Jayden amaba a una persona, pero por lo visto ella ha muerto.

—En verdad lo siento. —Agrego. —Gracias, sabía que no eres como tú hermano, muchas gracias.

—Vámonos Layla. —Interrumpe Lucy.

—Espera Layla, se acerca, espero que encuentres la felicidad. Te deseo buena suerte, vete antes de que mi hermano se dé cuenta. —Agrega y me da una sonrisa.

—Gracias.

Me acerco a él y le doy un beso en su mejilla en forma de agradecimiento. Me había ayudado por tercera vez.

Me da una mirada. Entramos al bosque y corremos. Estábamos muy cansadas.

Todo era muy complicado, poder escaparse de Maycol.

—Al fin lo logremos—Me abraza Lucy.

—Sí, pero cuando descubran que nos hemos escapado, estarán buscándonos, querrán asesinarnos.

MAYCOL.

—Que tal me veo.

—Se ve bien amo.

—A que sí, verdad.

—Se ve muy feliz.

—Claro que sí, al fin Layla será mi esposa, de mí no podrá escapar. Solo asegúrense de que no trate de escabullirse.

—No se preocupe amo, está vigilada por dos hombres.

—Bien.

—Señor llegaron sus invitados.

—Estupendo.

Estoy en la habitación principal.

—Vaya, vaya, al fin te casarás.

LANDON , LA MANZANA PROHIBIDA.Where stories live. Discover now