21. En Troya bebían lattes

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AZARIAH
EDÉN: 4 - AVERNO: 26

—Howard Saint —digo entre dientes al llegar bajo el umbral de la habitación.

Sus ojos se amplían de la misma forma en que mi padre hace zoom a las fotos en su celular. Revuelve las mantas con desesperación, hasta dar con el botón antipánico de la camilla.

—Baja eso. —Lo apunto con el índice—. Bájalo despacio, y quiero las manos donde pueda verlas en todo momento.

Mientras obedece temeroso y no le quito los ojos de encima, empujo la puerta con la punta de mi zapatilla, hasta cerrarla.

—¡No quiero ser un rehén! —protesta.

—¡Serás un cadáver si vuelves a hacerme esto!

Suspiro exhausta y me acerco a la camilla, hasta que estoy lo suficientemente cerca como para ahogarlo con la almohada.

—¿Estás físicamente bien? —pregunto.

Asiente.

Inhalo.

—¿Estás psicológicamente bien?

Está por asentir, pero lo piensa dos veces.

Retengo el aliento.

Niega despacio.

—¿Me puedo sentar contigo?

Por un momento no tiene reacción. Puede que esta sea la primera vez que le pido algo de forma amable.

Asiente.

Exhalo.

Se mueve a la izquierda y tomo asiento frente a él. Noto que el botón antipánico ha desaparecido, así que extiendo la mano.

Me lo entrega con derrota.

—¿Por qué no me dijiste lo que había pasado cuando llamé? —Frunzo el ceño y se pasa una mano por la nuca, incómodo—. ¿Por qué me dejaste creer que estabas bien cuando te habías caído en un barranco emocional, maldita oveja de la pradera?

Se sienta erguido y juega con el dobladillo de su camisón.

—No quería darte otro problema después de escuchar lo que Mery te dijo. Debió doler oírla decir esas cosas —explica, y mi exasperación disminuye solo un poco—. Debías ocuparte de ti, como yo entendí que debía priorizarme a mí cuando le dije que ya no podíamos ser amigos.

Me cuesta asimilar lo que acaba de decir. Estaba segura de que iba a perdonarla solo porque él es Howard Saint al final, y hacerle justicia a su apellido parece ser lo que mejor hace. Aunque, ¿qué sé yo quién demonios es Howard Saint en realidad? Siendo consciente de lo que significa Mery para él, no me sorprende que haya terminado en el hospital por un cuadro de estrés según lo que me dijo la enfermera. Lo sorprendente es que se haya puesto a sí mismo en la posición de confrontarla.

Me doy cuenta de que, sin siquiera saberlo, acaba de darnos las respuestas que buscábamos para las preguntas sobre el egoísmo. Hago un recordatorio mental para escribirlo en cuanto llegue a casa.

Éticamente hablando, te quieroWhere stories live. Discover now