Hogsmeade

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Septiembre pasó con más prisa de la que había imaginado y muy pronto se encontraron a mediados de octubre con el aviso de que la excursión a Hogsmeade se llevaría a cabo como todos los años. Muchos, incluido Neville, se sorprendieron al oír esta noticia ya que habían pensando que dadas las rigurosas medidas de seguridad y la peligrosa situación en la que vivían no iban a dejar a un grupo de adolescentes sueltos. Sin embargo, nadie se opondría jamás a salir del castillo, al menos por unas horas.

— ¿Ya la invitaste?—le preguntó Dean una noche, antes de que fueran a dormir.

Neville no había entendido a qué se refería y ante su mirada de desconcierto, su otro amigo le explicó.

—A Alessia— Seamus rodó los ojos como si no pudiera creer que él pudiera olvidarse de algo así— ¿La invitaste a Hogsmeade?

—No—respondió lentamente, viéndolo primero a uno y luego a otro, lo que hizo que se ganara quejidos de parte de ambos.

Ron y Harry entraron justo en ese momento y miraron a los tres sin entender la conmoción.

— ¡Es tu novia!—exclamó Dean.

—No, no lo es—dijo con prisa.

— ¿Están hablando de la Nott?—Ron preguntó con un gruñido mientras iba hacia su cama y se dejaba caer.

— ¡Neville no la invitó a Hogsmeade!—se quejó Dean.

— ¿Y?—preguntó Ron con fastidio.

— ¿Y? A las chicas les gustan los detalles. Seguramente ha estado esperando desde el momento en que se enteró que podríamos salir a que la invitaras para ir juntos, como hacen todas las parejas. Yo invité a Ginny.

Un gruñido sonó de la cama de Ron que todos hicieron como si no lo oyeron pero Dean se cuidó de seguir hablando de la hermana de su compañero de cuarto.

— ¿En serio?—preguntó Neville, comenzando a sentir cierto pánico.

Siempre había creído que sólo las parejas iban juntas en una especie de cita, los novios o los que querían serlo; nunca imaginó que él también estuviera que verse involucrado en esa situación. Después de todo, aunque Alessia y él estaban comprometidos, nunca se puso a pensar que debían de hacer lo que hacían las parejas normalmente... aunque tampoco estaba muy seguro de lo que hacían.

— ¡Claro que hablo en serio!—exclamó Dean.

—No entiendo cuál es el maldito problema aquí—se quejó Ron mientras se sentaba, ganándose una mirada de todos, incluida la de Harry— ¡Es una Slytherin!

— ¡Es una de las chicas más sexy del colegio!—aseguró Seamus.

—Claro que no—Ron negó con la cabeza pero sus orejas rojas le dijeron a todos que él también era un chico con ojos y que, por más que lo negara, sabía muy bien que sus amigos decían la verdad— ¡Bueno, está bien! ¡Adoro como se ven esas cositas...!—hizo un gesto con sus manos delante de su pecho plano pero al darse cuenta del rostro rojo de Neville se quedó inmóvil y volvió a enrojecer—Sigue siendo una Slytherin.

—Eso no me importa—aseguró Neville—. No me importa de qué casa sea ni tampoco cómo se vea—aunque estaba muy agradecido de que, al estar obligado a casarse, su futura esposa fuera de buen ver—, sólo me importa que nos llevemos lo suficientemente bien como para no terminar odiándonos cuando nos casemos...Quiero hacer las cosas bien... Y ahora parece que lo he arruinado.

—No es el fin del mundo, aún queda un día antes de la salida. Puedes preguntárselo—aseguró Dean—. Mañana ve y roba una rosa de los invernaderos...

Flores del malWhere stories live. Discover now