Capítulo 21- La tensión

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Se arregla el vestido de punto frente al espejo y suspira, se le marca perfectamente una barriguita que no es suya, ya que de normal ella siempre ha sido de vientre plano, así se cambia y opta por un vestido de seda rojo con el corte bajo el pecho, peor aún, así que al final se pone un traje en el que entra aún perfectamente aunque le apriete un poco y la chaqueta le sirve para tapar más.
Baja a desayunar y con el olor del café de su hija le entran unas arcadas que sale al jardín con la excusa de que aún hace calor a tomarse un zumo, lo único que puede beber ahora mismo sin tener nauseas el resto de la mañana.

-Mamá seguro que estás ya bien
-Lu llevo tres días en casa por un mareo, estoy perfectamente, hacia mucho calor duermo poco no se
-Vale, me voy al insti, cualquier cosa me dices eh
-Tranquila, ¿os lleva la madre de Noa?
-Si si, hasta luego
-Adiós cariño

Suspira y cierra los ojos un momento. En verdad todo le va bien, tiene trabajo, que le encanta, una casa ya pagada, amigos, una hija maravillosa, sus padres tienen salud y lleva dentro otro bebé que ha superado los tres primeros meses que tanto le aterraban después del aborto, y sin saberlo.
Pero aunque no lo quiera ver ella lo sabe, sabe que no se siente igual como cuando estaba Luis, que le falta ese beso que le daria ahora mismo abrazándola por la espalda antes de ir al trabajo cantando en el coche, al final el amor te completa de una manera inexplicable cuando es de verdad. Pero ahora mismo con el de sus hijos le vale.

En el trabajo le toca estar mucho en el taller, le mata la cabeza el ruido de tantas máquinas de coser y gente hablando, en el descanso tiene que ir al baño solo para disimular sus náuseas y después decide subir a la azotea para que le dé el aire antes de encerrarse en su despacho a dibujar otra colección.

Mala idea, porque a los cinco minutos aparece Cepeda con un cigarro en la boca y un vaso con lo que parece un ron cola.

-Ya me voy
-No hace falta, ¿quieres?
-Lo estoy dejando
-¿También el alcohol?
-Ya sabes que solo bebo de fiesta, y más cubatas, estás trabajando por dios
-No creo que mi jefe me despida con eso de que soy yo mismo
-Tu verás
-Aitana
-Que
-No quiero que nos llevemos mal
-Luis, eres el padre de mi hija y mi jefe, limítate a eso
-Después de todo no me puedes pedir eso

Niega y cruza la puerta para bajar q su despacho, lo tiene tan claro que oírlo no le hace ni dudar un poco de su decisión, lo ve y solo quiere evitarlo. Y es que esto le ha hecho resurgir toda la mierda, los choques a la hora de lo que tiene que ver con Lucia, el aborto, su comportamiento tras dejarlo otras veces al verlo con esa copa a las doce de la mañana, nada bueno.

-Nena
Levanta la cabeza y ve a Ester con su bata de coser y el pelo perfecto como siempre.
-Que
-¿Como estas?
-Mal, tengo unas náuseas tía, me dijo la ginecóloga que debe de ser del estrés que supuso enterarme y eso, pero esque hasta ahora no había tenido nada y estoy de casi cuatro meses
-Tienes que relajarte tía
-Ya, pues no se como, tía ya dicen que el Segundo se nota más y mira que el que perdí se me notó en seguida pero este una pasada, no voy a poder ocultarlo más de un mes
-Se lo tendrás que decir
-A Lucia se lo diré cuando se dé cuenta su padre porque si no se lo dirá
-Decía al padre
-No llevo intención
-Aitana sabe sumar y no es tonto
-Eso podríamos debatirlo
-Calla anda, ¿te traigo algo?
-Que va gracias, me sienta todo mal por las mañanas

Esa misma tarde al llegar a casa su hija se la encuentra en el suelo tirada al lado del sofá, el susto que se da no se lo había dado en su vida, llama a una ambulancia y a Ester que es la que más cerca vive y ambas tardan poco en llegar. En seguida se despierta en la ambulancia y está confundida. Con la tensión por los suelos.

Llegan al hospital y la examinan en un box en el que ha querido entrar sola.

-Está perfecto el bebé, pero usted tiene la tensión bajita, tendrá que tener cuidado, evite el estrés, los nervios, enfados fuertes, aliméntese aunque tenga náuseas, es muy importante que se cuide usted también, no solo por el bebé
-Gracias doctor, he tenido unos días complicados
-Ahora volveré a darte el alta, puede vestirse cuando pase la enfermera a quitarle el gotero

El día en el que la lluvia dejó de arderWhere stories live. Discover now