Capítulo 29- Decídete

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Tal y como quedaron Aitana se va con los niños a Barcelona en Semana Santa.

Lucia se pasa por ahí los días con sus amigos y los padres de Aitana pasan todo el tiempo posible con su nieto.

-Mamá voy a ver a Alberto

-¿Que?

-Me gustaría recuperar mi relación con el, como amigos

-Lo dejaste tirado en el altar

-Han pasado muchísimos años mamá

-Bueno como tu veas, pero me dejas en casa a Mateito

-Si, me voy a duchar


-Mamá que ovarios tienes

-Que susto idiota-le dice envolviéndose en la toalla-

-¿Con ese ex mamá?¿Tan desesperada estás?

-Lucia por dios voy a hablar con el, a cenar y tomar algo, y calla que te va a oír tu abuelo y me mata

-¿No te lo irás a chuscar? No aguantaría otro padrastro cursi, por lo que me han contado de el vamos

-¿Tu abuela?

-Mi padre

-Que raro que no me extrañe

-Te maquillo yo vale

-Ay Lucia hija

-Chitón, que ya has pasado la cuarentena esa

-Tira a llevarle las bolsas de leche que he dejado en mi habitación a tu abuela anda, que las ponga en la nevera

-¿Pero aun le das teta?

-Hija tiene menos de tres meses tu hermano

-Más de los cinco no le des que ya da asco

-Tira anda calla ya


Se va pero no a lo que le ha dicho su madre. Si no a llamar a su padre.

-Papá la pierdes

-¿Que?

-Mi madre, ha quedado con el Alberto ese

-Que dices

-No se, pero lo de papi ñoño no está funcionando, y se te está yendo la tableta

-Tu madre pasa de mi

-Es que sois imbeciles los dos, solo hay que ver como os miráis cuando el otro tiene en brazos a mi hermano, o como le miras el culo a mamá

-Si ya sabes que yo me muero por tu madre

-Pues hijo actua

-Lucia que no me quiere

-Paso de tu culo chico adiós

-Espera

-Que

-Mandame alguna foto de mi Teo anda

-Te jodes, por pringao

Cuelga y ve a su madre en la puerta de la habitación.

-Gracias eh

-Ay mamá, me llamaba mi padre

-¿Que quería?-Pregunta con una pizca de ilusión por si quería hablar con ella-

-Nada, hablar conmigo, no puede vivir sin mi, y alguna foto de Teo también

-Ah, ¿voy bien? Me vuelve a ir bien mi ropa y no me acostumbro

-Genial mamá, menudas tetas se te han quedado

-Si, si lo llego a saber te hubiera dado el pecho a ti también

-Dicen que después se caen

-Y si no también hija, cuarenta tacos tengo, más

-Bueno que vas muy guapa pirate ya

-Que humos tenemos hoy eh


Horas después Aitana bebe una copa de vino en casa de su ex. Un día tirando la leche y ya está se dice. Pero tanto tiempo sin beber le sube solo con mirar la copa.

-Te echaba de menos

-Y yo

Se acerca a ella y se lanza a sus labios. Y Aitana se siente desesperada aferrándose a su camisa.

-Dios ya no me acordaba de esto-dice el-

Pero ella lo separa de golpe y niega.

-No puedo Alberto, me tengo que ir

-¿En serio?¿Otra vez?

-Lo siento, de verdad que lo siento


Sale a la calle y busca el bar mas cercano para coger un paquete de tabaco. Esta claro que mañana el bebé su leche no la prueba.

Coge el movil y marca el número de Ester.

-Tia no he podido, mira que me ha vuelto la libido por todo lo alto pero no he podido

-Bueno tia, si no te ponía antes menos ahora

-No es eso

-Va suéltalo pelma

-Se me ha venido Luis a la cabeza, me lo ha nombrado antes de irme Lucia y es que, encima ha subido a instagram hoy una foto en el gimnasio, mira no puedo

Oye un chillido de Ester al otro lado del teléfono y ella le da una calada a su cigarro.

-Tia es que no parais de hacer el patético

-Ya solo nos unen nuestros hijos

-Se pasó una semana entera cuidándote en el hospital Aitana, si hasta te ayudaba a ducharte

-No había nada sexual ahí

-Vale no lo había pero chica, si solo le importara el niño haría lo mismo que con Lucia

-Me pone muy nerviosa, si llevamos como dos semanas sin hablar casi, desde que estoy aquí nada

-No si ya, pero porque aunque te entienda pues echa de menos al niño, si lo veo más yo que el

-Y que quieres que haga

-Nada, no te hablo de eso, pero no entiendo que os sigáis queriendo y os atraigáis y vamos queréis estar juntos y no lo estéis

-Mira yo ya no se si podría volver con el, después de todo ya siento que solo soy la madre de sus hijos

-Es que os obligais a ser frios el uno con el otro

-Bueno, me voy a casa que echo de menos a mi niño

-Vale

-¿Como vas?

-Gorda, bien cariño, aun quedan unos mesecitos

-Que ganitas de conocer a mi niña

-Pues si, mañana hablamos corazón


Cuelga y al volver a casa entra al cuarto de sus padres, que duermen uno a cada lado de Mateo, con el calienta biberones en la mesilla. Se asoma a la habitación de Lucia y la ve dormida, le extraña que duerma tan pronto, pero cierra la puerta y va a su habitación.

Saca una caja de un cajón, con fotos de su adolescencia, de su no boda, de su relación con Luis, su embarazo de Lucia, y hasta ahí.

Se para a mirar las de su embarazo, casi todas con Luis, o hechas por el, se le notaba en la mirada. Por un lado le da pena haber vivido este embarazo sola, aunque lo ha disfrutado muchísimo, se ha sentido tan conectada a su bebé que le da pena pensar que nunca volverá a estar embarazada.

Las guarda y se lleva las manos a la cabeza. Se siente tan perdida, tan atascada, quiere estar sola y a la vez no, pero tampoco con Luis, ha pasado los cuarenta y le da miedo estar sola siempre, aunque este bien, pero echa de menos tener pareja, echa de menos a Luis. Pero tiene clara una cosa, el ya no la ve como la veía antes, o de eso se ha convencido.


El día en el que la lluvia dejó de arderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora