Capítulo 24- Quedate

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Tal y como pasó noche vieja pasó la noche de reyes, y su comída en casa de Ester, no hay nada como ver la ilusión de un niño la mañana de reyes.

Llegan a casa acompañadas de Cepeda, y Lucia sube corriendo a acabar los deberes de Navidad, siempre a última hora.

-Aitana quería darte esto-le dice dándole una cajita-

-Luis no, vale que podamos llevarnos bien y lo que quieras, pero sigo pensando lo mismo

-Ya lo se, te lo dejo aquí-le dice dejándolo en la isla de la cocina-

Se va y al cerrar la puerta se lleva las manos a la cabeza, no se esperaba que le diera un abrazo, pero si que por lo menos le diera una sonrisa, pero esto era un tregua y en tregua se quedará.

Pero dentro de casa Aitana abre el regalito, es una pulsera con dos huellas, una más grande que la otra, y en una ve una L de Lucia grabada, en la grande.

Suspira y se la pone como puede, a ella también le ha dolido el pequeño acercamiento con Luis, esa noche vieja que se abrazaron, que se sintió en casa escondida en su pecho. Pero no funcionó antes, no funcionaría una tercera, o a saber por cuál van y tampoco esta segura si ella estaría dispuesta a intentarlo de nuevo, no ahora.

Al día siguiente se lo encontró en la máquina de café, el sonrió al verle la pulsera puesta, ella le miro y con un gracias se fue hasta su despacho.

Y un mes después siguen sin haber vuelto a hablar, a través de Lucia y los buenos días en el ascensor.

El la mira, cada día más gordita.

Lleva días con contracciones, de esas flojitas que no significan nada.

Se apoya en la mesa de su despacho y respira hondo. Lleva un vestido de tela de jersey, su barriga ya es bastante considerable, y se siente tan cansada que decide ir a pedir la baja.

Espera a Luis en su despacho, y llega mirando unos papeles.

-Luis

-Perdona, no te había visto, ¿ya esta cerrada la colección de primavera verano?

-Si, bueno lleva días casi lista

-Genial, ya la traeras

-Luis quería coger ya la baja

-Claro, siéntate a rellenar los papeles

Pero antes de sentarse se apoya en el escritorio respirando hondo.

-¿Todo bien?

-Si, ya esta, te importa si los relleno en casa, mañana te los pasa Lucía

-Vale

Sale del despacho y Luis se digna a levantar la mirada para verla salir, y le dan ganas de tirar todo lo que hay en su escritorio, se muere de ganas de abrazarla, de notar las últimas pataditas de su bebé dentro de ella, de ayudarla hasta a calzarse este último mes que ya ni llega, a ser el padre de ese niño, pero sabe que ni ella quiere, ni a el le saldría, no puede ni mirarla, no después de esas navidades, esas que le quedó tan claro que ella ya no sentía nada por el, y también que no podía ni mirarla sin sentir que se quedaría a vivir en esa mirada. Y eso aún le duele más que que ella se enfade con el. Sabe que siempre la caga, que se lo ha ganado, y que ahora por lo menos se llevan bien, pero no soporta la idea de estar así siempre.


Esa misma tarde Aitana merienda con Ester en su casa, ella está embarazada de unos cuantos meses menos, pero ya se mueren de ganas de ver a su bebé y Zoe juntos.

-Aitana tienes mala cara

-Llevo unos días con dolores, pero es que hoy estoy fatal, pero no estoy ni de ocho meses tía

-Deberías ir a urgencias Aitana

-Na, debe de ser de estrés, ahora que he cogido la baja tendré todo el tiempo del mundo para descansar

-Si mañana sigues así vamos a ir

-Tu no pisas el hospital por gusto, que estas embarazada

-Mira eres como una hermana para mi, como si estoy invalida que estaré contigo

-Ay Ester calla que ya he llorado hoy dos veces y va a ser la tercera


Se da un baño para relajarse y cena tranquila con su hija, pero cuando están recogiendo la cocina le da una contracción que si le asusta y se pone a llorar de nervios.

-Mamá que pasa no me asustes

-Llama a Ester cariño, no te asustes

Coge el móvil asustada y Ester en diez minutos esta con el coche en la puerta, se van las tres a urgencias y Aitana acaba ingresada, van a hacer todo lo posible para que el bebé que no pasa los dos kilos aguante dentro el máximo tiempo posible, ya que las contracciones la han hecho dilatar aunque sea lo mínimo.

-Lucía cariño ve a casa de tu padre, o que vaya el a casa, como queráis
-Pero mamá me quiero quedar
-Hija esto va para largo y tienes que ir a clase y todo, eres pequeña para quedarte en un hospital
-Lu amor yo me quedo con ella no te preocupes

Sale a llamar a su padre sin decir nada más y a los diez minutos Luis entra corriendo a la habitación y su cara de miedo lo delata.

-Luis ve a casa con la niña
-Ni hablar, me quedo
-Ya lo habíamos hablado
-Aitana porfavor
-Lleva a la niña a casa, no va a estar sola que está nerviosa, tenemos dos hijos de los que estar pendientes

Niega y sale a la sala de espera para que Lucia entre a despedirse de su madre.

-Ester no puedo irme tan tranquilo
-Yo es que no se que decirle Luis, no quiero ponerla más nerviosa
-Mañana por la mañana estoy aquí
-Vale

Sale Lucia y Ester entra con ella.

-¿Que te pasa? No te dolerá otra vez
-Joder

Se levanta con la bata del hospital y recorre el pasillo lo más rápido que puede.

-¡Luis!-grita al verlo subir al ascensor con su hija-

Los dos salen antes de que se cierren las puertas y se acercan a Aitana preocupados.

-No puedo, no te vayas, quédate conmigo-le dice al borde del llanto-
-Claro que me quedo

-Yo ya iré a casa de Ester o llamo a la tía Ali para que se quede conmigo en casa
-Gracias Luchi

Un rato después Aitana mira a Luis por encima del libro que está leyendo.
El mira su móvil y nota la mirada de Aitana sobre el.

-Luis
-Dime-dice dejando el móvil sobre el sofá-
-¿Me perdonas? He sido una egoísta
-Me lo merecía supongo, no paro de cagarla
-No, tampoco te he dado mucho margen de error, no se que me pasa, se que desde el aborto me cerré en banda y estaba insoportable
-Crees que fue por mi culpa verdad, yo también lo creo
-No, se que no fue por tu culpa, pero en ese momento solo buscaba un culpable, y la primera era yo misma
-No sabes lo que me he martirizado, pero mi forma de llevarlo fue hacer como si no hubiera pasado de cara a la gente, de cara a ti
-Ahora solo puedo pensar que si no hubiera pasado no estaríamos ahora aquí, no estaría aquí nuestro bebé
-Gracias por dejarme estar aquí contigo
-Es tu hijo
-O hija
-Exacto

Hola! Os leo👀

El día en el que la lluvia dejó de arderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora