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• Karen •

Mire la hora en el despertador que se encontraron a mi lado sobre la mesita de noche, marcaba las 6:30 de la mañana y yo aún no podía dormir, me pasé las manos por el rostro con algo de frustración, Mathew aún tardaba en levantarse y no quería despertarlo.

Me levante y entre al baño, me lave la cara y los dientes, me hice una coleta alta en el cabello y salí de nuevo, organice mi cama y baje a la cocina, hice el proceso de todas mis mañanas desde que me condenaron a estar la mayor parte del tiempo encerrada en mi casa, preparar café y leer.

Deje el café preparándose dándome un tiempo suficiente para ir a revisar el sistema de Seguridad de la casa, camine con mis pies desnudos por la casa hasta llegar a la puerta, confirme que estaba todo en orden aunque si no arreglamos el problema de los fusibles pronto quedaríamos sin energía.

Volví a la cocina, me serví una taza de café, tomé el libro que estaba leyendo y me acomode en el sofá a ver el sol que había salido hace una media hora.

***

—No sabía que madrugabas Karencita — escuche a Math bajando las escaleras.

—No fue por voluntad propia — me disculpo con ironía.

—¿Hace cuanto estas despierta? —Me pregunto entrando a la cocina.

—Pues digamos que desde hace unas dos horas — respondí mirando mi celular que marcaba las 8 de la mañana.

—¿De nuevo insomnio?

—Si — suspire— odio no poder dormir.

—Deberías hacer caso a Liam y tomar las pastillas — se sentó a mi lado con un vaso de jugo.

Rode los ojos— no quiero parecer una enferma — reclame.

—Sabía que dirías eso, así que por eso, contrate a alguién — tomó un sorbo de su jugo.

—¿Contrataste a alguien? —Pregunte confundida— ¿que? ¿Para que?

—Para cuidarte, no puedo hacerlo yo todo el tiempo, así que consegui el contacto de alguién en quien si confío por la manera en que trabaja, es serio y además lo conozco — me respondió con un aire de calma.

-¡No! ¡Mathew no necesito un ... niñero! —Renegue.

—No es un niñero, es un guarda espaldas ¿entiendes? —Me miro a los ojos.

Lo mire con total disgusto y sin decir nada más me levante del sofá y me dirigí a mi habitación. Entre dando un portazo.

—Puedo cuidarme sola, no necesito a nadie — dije entre dientes para mi misma.

Si eso dices pero ... Recuerda que la próxima puede ser más de una persona, sin mencionar la pelea del día anterior que te dejó moretones ... Deja el orgullo.

Me reclamo mi cabeza, era cierto podía sola si, pero en este caso nada bueno puede esperarse, cuando se trata de informantes anónimos y asesinos profesionales, no se puede entrar en confianza.

—Tal vez y solo tal vez tenga razón — me dirigí al baño para asearme.

Esta vez si llene la tina con agua tibia y me sumergí en ella para dejar todos los pensamientos posibles que me preocupaban y provocarán que mi cabeza explotara.

Cerré los ojos y deje que la música y los aromas llenen el lugar mientras empezaba a repetir la letra de la canción en mi mente.

No supe exactamente cuanto paso, salí de la tina y abri el desagüe, me dirigí al armario y saque lo que me pondría algo simple, la falda negra que solía usar cuando me quedaba en casa con una camisa de cuello elegante blanca y de mangas largas para ocultar moretones y unas zapatillas negras sin tacón, peine mi cabello y lo deje suelto mientras se secaba, baje a la cocina y Mathew estaba recostado en el mesón con mi desayuno en la barra, bañado y arreglado para irse a trabajar.

•DESTINO FUGAZ• (√COMPLETA√)Where stories live. Discover now