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•Karen•

Se había ido, simplemente se había marchado, entendí lo cobarde que fui durante el tiempo en que estuvo en la misma casa que yo, era capaz de tratar con criminales y de arriesgar mi vida cuando era necesario, pero no era capaz de simplemente decirle a la persona indicada que la amaba, la estúpida inseguridad y la ridícula cobardia, me arrepentía de no haberlo hecho en cuanto había tenido oportunidad, pero lamentablemente ya era tarde y ya no podía decirle nada, probablemente así lo vuelva a ver no le diría, por seguridad de la labor de ambos.

Observe el auto alejarse, de nuevo tenía que aceptar que habiamos quedado lejos, tal vez de manera temporal o tal vez para siempre.

Me quedé esperando afuera hasta que el auto dejó de estar a mi vista, contuve el llanto y entre a la casa, mi hermano estaba en la Sala, subí sin decir nada a mi habitación, me encerre allí y mi mente empezó a recordar todo lo que había pasado desde que lo conocí, desde ese pequeño niño hasta el hombre que es hoy, aprete con fuerza el dije de mi collar, era como tener una escasa parte de el conmigo, me senté en la cama, su presencia hacia falta.

Pronto las lágrimas empezaron a hacerse presentes y mi cabeza no dejaba de repetirme una y otra vez lo idiota que había sido al quedarme callada cuando tuve más de una oportunidad de decirle todo de frente y arriesgarme a lo que fuera solo por estar con el.

Evite seguir lamentando lo que pude haber cambiado anteriormente, me reincorpore y entre a la base de la página de la agencia para mantenerme al tanto de lo que pasaba en la emboscada que hacían.

Un mensaje sin abrir se hizo notar en la pantalla del computador, era de Scarlett, dándome la información de la que sería mi próxima misión si todo salía bien en lo que estaban planeando para atrapar a los asesinos, me coloque los audífonos para escuchar las conversaciones y seguir el plan por audio.

—Bien, aquí deberá encontrarse Laura, ella es cómplice de la persona que buscamos— escuche decir a Scarlett.

—bien, Erick cubriras el ala oeste y Víctor el ala este, no dejen ventana sin vigilar—ordenó crystal.

Todos empezaron a obedecer como ella lo pedía, la ansiedad empezó a apoderarse de mi, tenía mucha intriga y a la vez nervios de saber el culpable de mis desgracias en los últimos meses.

La intriga era increíble, de verdad quería saber quién había sido el que me hizo la vida imposible, quería verle la cara y si era necesario enfrentarme y matarlo, tal vez parecía una de ellas con esos deseos pero había una línea que me diferenciaba de todos, yo lo deseaba y por más que fuera capaz de hacerlo, lo evitaba y me contenía logrando superar mis deseos de muerte, en cambio ellos lo deseaban y hacían hasta lo imposible por lograr saciar esa sed de venganza.

No podía con tanta intriga así que decidí desconectarme y dejar de torturarme yo sola, baje a ver a Mathew, me senté junto a el y me envolvió en su cálido abrazo, uno que siempre me hacia sentir protegida desde que era una niña.

—¿todo bien? —pregunto.

—si, solo no quiero estar tan nerviosa y desesperada—respondi.

—lo entiendo.

Trate de dormir un rato aprovechando que podría hacerlo pero era difícil, aun así logre quedarme dormida.

Ya no era el de siempre, ya no estaba congelada, pero si sentía algo diferente, desde la última vez que tuve un encuentro con mi atacante no dejaba de sentir aquello en mis pesadillas.

El sobre mi era lo que más odiaba presenciar, logrando su objetivo mientras las lágrimas caían de mi rostro en un silencioso llanto donde los gritos eran mudos y el dolor era una aguda y fuerte punzada provocada por las que parecían ser embestidas de aquel sujeto, el simplemente lo disfrutaba, le complacía mi sufrimiento, no rogue piedad por que eso demostraría debilidad, pero me rendí en silencio mientras a la fuerza dejaba una parte valiosa en mi vida.

•DESTINO FUGAZ• (√COMPLETA√)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora