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• Sian •

Entre a la ducha y deje que el agua corriera por mi cuerpo, mientras pensaba en que tan lejos había llegado.

—¿Vas a entrar?
El recuerdo de su voz y el haberla visto después de tantos años, por fin estaba frente a mi y yo no sabía cómo reaccionar, quería lanzarme y darle un abrazo mientras le decía quien era realmente.

Pero tuve que aguantarme esas ganas y aceptar que ahora mi puesto era ese, además de que no sabia si ella me recordaba aún, Necesito las señales que me confirmaran que si era esa pequeña curiosa que había dejado una marca en mi y que ahora no sabia como olvidar y tampoco quería hacerlo, desde esa vez que la conocí algo me decía que era diferente, para mi era diferente.

Descubrí que ese pequeño de 7 años inconscientemente se había enamorado, obsesionado y apegado a esa chica de ojos oscuros que me había hablado cuando nadie más lo hacía, pero ahora que volvía a verla hecha toda una mujer, grande, inteligente me hacia preguntarme si aún quedaba algún rastro de esa pequeña.

- no volverás a verla — fue lo que me dijo una de las chicas que presenció cuando aquella pequeña se fue.

—¡Tu no sabes eso! —Respondió mi yo de 7 años.

Las burlas se hicieron presentes y las risas maliciosas de los demás en el patio inundaron mis oídos, en otra ocasión saldría corriendo y me escondería para que nadie me viera llorar, pero algo en mi había cambiado así que grite y me fui enojado a mi habitación .

Pasaban los días y esa pequeña no volvía, tenía la esperanza de volver a verla y así sería.

Cuando cumplí 12 años me puse en la Misión de buscar la forma de volver a verla, cada noche cuando dormía con aquella cobija que ella me había regalado pensaba alguna forma de encontrarla, sabia que su madre venía pero ya no con ella, después de pensar me decidí por fugarme y seguirla hasta su casa, tuve que esconderme en su auto con mucho cuidado para que no me descubriera.

Sabia que era algo arriesgado pero valía la pena para mi, en ese momento agradecí el no tener amigos así nadie notaría mi ausencia.

Lo intente varias veces pero el miedo y los nervios se apoderaba de mi y no me dejaban avanzar, tenía que llenarme de valor y evitar escuchar los comentarios de los demás.

—Aun no lo supera que estúpido — susurraban cuando me veían por los pasillos.

—Que pena me da

—Como si la chica lo recordara.

Trataba de no poner atención pero muchas veces me dolía, no por que fuera un comentario ofensivo si no por que eran palabras que estaban muchas veces llenas de verdad.

Me lleve de fuerza un día en el que su madre vino de nuevo, esa era mi oportunidad y así lo hice, entre a su auto como pude y espere.

No se tardo mucho y pronto estuve frente a su casa, era una casa grande y por como me la imaginaba debería tener mucho espacio, salí del auto en cuanto pude y me pare en la reja para ver si lograba encontrarla.

Me senté a esperar a que algo pasará y una leve risita me hizo parar y volver a ver por entre los barrotes de hierro, era ella, estaba más grande, aun conservaba esa inocencia y esa curiosidad con la que la recordaba.

Así pase varios días, viendo su crecimiento y como se formaba una señorita, cada vez más tenía la fe de que podría abrazarla de nuevo.

—Olvídala, nunca serás suficiente para ella, solo mírate, eres un tonto huérfano sin casa ni futuro — escuche que me dijo mi compañero de habitación — y mírala a ella, una señorita de familia exitosa, inteligente y con un increíble futuro por delante ¿ crees que se va a acordar de ti? ¿Crees que al menos se fijaría en ti?

•DESTINO FUGAZ• (√COMPLETA√)Where stories live. Discover now