Lunática|| Época Merodeadora

Capítulo 1

《Primer año》
Corregido.

Bienvenidos queridos lectores. Estoy segura que alguna vez escucharon muchas cosas acerca de los lunáticos Lovegoods. Pero hay un miembro de la familia que quedó en el olvido. Es por eso que estoy aquí para contarte la historia de Lana Lovegood.

Lana llego al mundo un 25 de junio de 1961 en la familia Lovegood, siendo la segunda hija después de Xenophilius Lovegood. Su personalidad se baso en gran parte en escuchar a su hermano mayor. Ambos podrían ser catalogados como raros, un distintivo que rodearia a la familia Lovegood por generaciones.

Lana a medida que fue creciendo tomó una actitud pacífica, que amaba imaginar para escapar de la aburrida realidad en donde vivía. La imaginación y creatividad, por lo tanto, no era algo que le faltase. Mientras fue creciendo descubrió la mucho que amaba a las criaturas mágicas, incluso con la ayuda de su hermano adoptaron una.

Algo que distinguía a Lana, era su heterocromia en sus ojos. Sus ojos tenían distintos colores, su ojo derecho es celeste mientras que el otro es verde. Como toda una Lovegood tenía el cabello blanco y una piel tan blanca como la porcelana, agregando que para su edad su altura no llegaba al promedio.

Esta historia se remonta a un 25 de junio lluvioso. Ese día Lana se había levantado temprano, con una sonrisa risueña en el rostro que llevaba todo el tiempo, muy difícil de quitar. Como era tradición en su cumpleaños llovía siempre, un hecho que le encantaba. Amaba las figuras que se solían formar en la ventana por las gotas que se pegaban a ella.

Después de desayunar decidió ir al jardín. Le encantaba el olor a tierra mojada y las gotas cayendo sobre su rostro, era lo más relajante que conocía. Esto fue interrumpido por la emoción de su hermano de ahora doce años, quien apenas se levantó recordó que era el cumpleaños más importante para un mago. Era el cumpleaños número 11 de Lana, lo que significaba que iría a Hogwarts. ¡Ambos estarían juntos en Hogwarts! Eso lo tenía muy emocionado.

— ¡Lana llegó tu carta de Hogwarts! — Exclamó con Alegría desde la puerta de la casa sin querer mojarse. Los ojos de Lana brillaron y no dudo ningún segundo en correr hacia su casa. — ¡Iremos juntos a Hogwarts!

Al llegar no dudo en abrazar a su hermano lo más fuerte que podía. Su sueño siempre había sido ir a Hogwarts y disfrutar de grandiosas aventuras con muy buenos amigos. Estaba segura que su experiencia en la escuela de magia y hechicería serían de los mejores años en su vida.

— Esto es asombroso. — Dijo mientras leía la carta una y otra vez. Dio pequeños saltitos mientras su hermano de su bolsillo sacaba un collar que le había hecho a su hermana como regalo de cumpleaños. Un hermoso collar de pequeños corchos pintados por él.

— Esto es para ti, con el pasar de los años solo mejoro. — Dijo orgulloso de sus resultados.

— Gracias, es el mejor regalo.

Se lo puso y al mirarse en el espejo se sintió muy bonita. Suspiro emocionada ya quería ir a Hogwarts y poder tener muchas amigas.

Si tan solo la pequeña Lana supiera que las personas eran crueles y despiadadas con lo que consideraban raro.

El día que siempre recordaría fue la primera vez que puso un pie en el callejón Diagon para comprar por primera vez los materiales que utilizaría en su primer año en Hogwarts. Para Lana todo lo que veía era asombroso.