31. Tres puntos de ataque.

340 48 33
                                    

*Este capítulo requiere mucha atención*

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


*Este capítulo requiere mucha atención*

Protagonizamos una escena que se dividió en seis elementos; tres de ellos fueron sentimientos que se manifestaron dentro de mí, y los otros tres fueron acciones como consecuencia de los primeros. En conjunto no duraron más de diez minutos, pero su significado abarcó mucho más tiempo.

Los sentimientos empezaron cuando mis ojos se conectaron con una monstruosa criatura infernal, de enormes proporciones y sonido aturdidor, que perforó mis tímpanos y heló mi sangre. Miedo: Todo en ella me causó temor, desde la piel bulbosa que se movía de forma inquietante, hasta la cabeza deforme que parecía tragarse la iluminación. Al recién nacido que todavía llevaba en las manos, mucho le faltaba para aterrarme de aquella manera.

Di un paso hacia atrás, escuchando de forma inconsciente a mis piernas que me suplicaban salir corriendo. Fue entonces, cuando visualicé a dos de mis amigos en el piso y a Marissa apisonada, a punto de sufrir el mismo destino de Rebeca. Preocupación fue la segunda emoción: Sus tiempos de vida tendían de un hilo que cortaría yo misma si los abandonaba.

La función de los dos sentimientos previos fue clara; desencadenar la aparición del tercero; audacia. La audacia fue crucial, pues conformó la interface entre mi mente y el medio externo, pues me llevó a actuar. Sin previo conocimiento ni presunción, ejecuté una habilidad extravagante hasta entonces desconocida.

Fue como si mi necesidad de dividirme en tres, para auxiliar al mismo tiempo a tres de mis dirigidos, se me hubiera realizado. Los tres eventos que prosiguieron, ocurrieron al unísono; uno por medio de Iker, otro por medio de Francia y el ultimo por mí. Lo extraordinario fue que los tres los controlaba yo.

El número uno, y no por eso el primero, fue a través de los ojos oscuros de Iker, que apuntaban en dirección de Marissa. Me apresuré a suprimir su instinto de acudir a su ayuda, pues ese hecho difería con lo óptimo para la salvación grupal. Lo hice soltar la espada que llevaba en sus manos y deslizarse por detrás del monstruo para llegar al auxilio del pequeño René.

René se movía con torpeza, su condición era deplorable desde el ángulo en el que se viera. Tenía el rostro enrojecido y las lágrimas cautivas en sus ojos suplicantes. Sus manos se tocaban el pecho, indicando el origen de su mal, y sus respiraciones eran rápidas y superficiales, faltantes de oxígeno. Levantó una de sus manos para taparse la boca al toser, lo que solo sirvió para recibir restos de sangre.

Supe el dolor que estaba experimentando, era tan intenso que contribuía a la hipoxia que ya estaba presentando. El invasor lo había arrojado con brutalidad contra la pared, lo que probablemente le había causado una contusión pulmonar. No había manera de saber el alcance del daño, lo que si era seguro era que el dolor lo estaba empeorando.

Necesité ordenarle a Iker que mantuviera toda su atención en cuando escuchó un rugido infernal y la curiosidad casi lo hizo voltearse. No porque fuera un ruido mayor al que ya se escuchaba cuando llegamos, sino porque era nuevo. Él ejecutó mi orden sin problemas.

Extraídos del planetaWhere stories live. Discover now