Capítulo O4.

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'Si la besas es por que la quieres y no llevar a la cama'.

-Deja de besarme -dije apartándolo. Natalia ya había tardado demasiado. -Olvídate de mi, vas a romper tu regla, soy ilegal, soy menor... Qué vergüenza que tus amigos te vean con una de 17 ¿no crees? -dije y abrí la puerta del coche, me metí y él comenzó a dar golpecitos en la ventana. La abrí y voltee a verlo.

-¡Déjame en paz! -grite y él negó con la cabeza. Se arrodillo y comenzó a hablar:

-Te deseo tanto que no lo sabes, eres diferente a las demás, tienes algo que me vuelve loco y hace que te desee cada día más y más. -en ningún momento le miré, solo tenía la vista al frente. Sabía que si le miraba iba a caer rendida, y yo no quería eso. Parpadee un par de veces y suspire.

-Paso por ti a las ocho -dijo y negué riendo.

-Maestro quiero decirle que yo no ocupo clases en casa, mi promedio es de 9.

-Mantenlo -dijo y se puso de pie, camino y a los tres pasos se detuvo, volteo a verme y se acerco a mi. Me beso y sonreí.

-No pudo aguantar hasta las ocho -reímos.

-Deja de tratarme de usted. -reí y él me sonrió... Era una de las pocas veces que veía su sonrisa.


***


Eran las tres de la tarde, apenas había llegado a casa porque Natalia me había obligado a acompañarla de compras, después de que Rubén se fuera ella había llegado y había dicho que había visto todo. Así era ella.

-Mamá... ya llegue -cerré la puerta y aventé la mochila al suelo, entré a la cocina y ahí estaba un plato de espaguetis servidos, me lave las manos y empecé a comer. Mi madre entro a la cocina y me miro algo molesta.

-Lo siento, Natalia estaba pagando el semestre y después me obligo a acompañarla de compras. -ella soltó una risita.

-No te preocupes.

-Adivina que -canturree.

-¿Qué paso? -se sentó a mi lado.

-Rubén me invito a cenar o no lose... Me dijo que pasaba por mí a las ocho.

-¿Rubén? -preguntó. No recordaba que mi madre no sabía su nombre.

-Rubén, él chico del que te conté anoche.

-Oh vale -me sonrió emocionada. -¿Qué te dijo? Tienes que ponerte muy guapa, niña -reí.

-Claro madre -termine de comer y puse el plato en el lava vajillas. Ella me miro con atención mientras lo hacía.

-Has tus deberes -asentí con la cabeza, tome mi mochila y subí las escaleras. Entre a mi habitación y comencé a hacer los deberes, tenía pocos por suerte.

No podía concentrarme por solo pensar en lo que me había pasado hoy, nos habíamos besado, y sin duda había sido el mejor beso de mi vida. Rubén me tenía encantada, sus ojos color miel entre verde para mi eran lo mejor del mundo, podía dibujarlos e incluso podía hacer un boceto de su cara... Estaba algo loca por pensar esto.

¡Sophia los deberes!

Me golpee mentalmente y seguí haciendo lo mío.

A veces odiaba tener que hacer los deberes, no entendía algo y al día siguiente tenía que copiármelo de otra persona. Eso quizá era lo mejor del mundo, pero quizá no.

Después de unas dos horas acabe y me levante de la cama, me estire y miré mi closet.

Eran exactamente las 5:20, tenía aproximadamente 3 horas para arreglarme, era tiempo suficiente.

My teacher | Rubius «1»Where stories live. Discover now