15

1.5K 89 34
                                    

Ú R S U L A

— No.

Le miro con el ceño fruncido.

— ¿No? — pregunto riéndome — No te lo estoy preguntando Mateo.

— Los moratones del brazo es solo un aviso de lo que es capaz de hacer, ¿y aún así estás dispuesta a regresar con él?— me quedo en silencio y se aparta de mi visiblemente alterado al no obtener respuesta — Explicámelo porque no lo entiendo.

— No hay más opciones — hablo detrás suya ocasionando que se gire de nuevo

— ¡Sí que la hay! ¡Me tienes a mí!

— Mateo... — me interrumpe.

— No Úrsula, esto va más allá de todo. No dejaré que te vayas con él, fin de la discusión.

— ¿Puedes dejar de comportarte como un jodido niño pequeño? No te estoy pidiendo permiso, es mi vida, mi hijo y mis decisiones.

— Entonces ahora mi opinión importa una mierda, ¿no? ¡Huiste de él Úrsula! ¡Te fuiste porque sabías que de ningún modo podrías criar a Joel en ese ambiente! — su tono de voz aumenta dos tonos.

Abro la boca para responderle cuando la voz de un nene medio dormido nos interrumpe.

— ¿Mami? — me giro y le observo refregarse los ojitos con las manos.

— Amor... ¿qué haces despierto? — me acerco a él y me pongo a su altura — Es tarde y mañana tienes que levantarte pronto.

— Me despertaron los gritos — nos mira a ambos — ¿Están enfadados?

— No, tan solo hablábamos — sigue observándonos no muy convencido — Ve a dormir, ¿sí? En un segundo voy a darte el beso de buenas noches.

Asiente, desaparece por la habitación y me dispongo a seguirle cuando la voz de Mateo me frena.

— Tenemos una conversación pendiente.

— ¿Sabes? No espero que lo entiendas — digo notando como se me llenan los ojos de lágrimas — tan solo que lo respetes, y si tu preocupación es perder la relación que tienes con Joel descuida, podrás verle siempre que quieras.

Me seco rápidamente las gotas que se han derramado negándome a llorar enfrente de él.

— No es eso Úrsula, me preocupas tú — sonríe triste agarrándome de la mano. — No puedes decirme que vas a volver a convivir con el violento de tu ex y pretender que no me oponga.

— ¿Por qué? — alza la mano y me seca las lágrimas que se niegan a permanecer en mis ojos.

— Porque me destruye por dentro pensar que puedes ser infeliz, y sé que al lado de él lo serás.

— Sería más infeliz sin mi hijo — reflexiono en voz alta

— ¿Te ha amenazado con quitartelo? — asiento lentamente — Eso no pasará.

— Cuando nació Joel — noto mi voz temblorosa pero me obligo a seguir. — Bruno me prometió cambiar sus hábitos respecto a las drogas y durante un tiempo lo consiguió pero después todo se volvió incluso más violento — noto como su cuerpo se tensa. — El poco dinero que teníamos se lo gastaba en sus cosas y yo tuve que... Tuve que acostarme con otros señores para alimentar a mi hijo — un sollozo escapa de mis labios. — Había días en los que perdía la cuenta de cuántos eran, solo dejaba que me trataran como ellos quisieran y... y él lo sabe Mateo, siempre supo a lo que me dedicaba y ahora... Ahora lo puede utilizar en mi contra para quedarse a Joel y si eso pasa yo... — no puedo continuar porque el nudo que tenía en la garganta se deshace convirtiéndose en llanto.

Mateo me abraza y apoyando mi frente contra su hombro, dejo que todo lo que llevo aguantando desde que me encontré con Bruno salga.

Todo el miedo de revivir el pasado y de que mi presente se vea empeñado por su sombra.

Toda la angustia de pensar que me puedo quedar sin la razón por la que aún me mantengo de pie día tras día.

Toda la rabia de ver como la familia que estaba formando junto al hombre que ahora mismo me mantiene entre sus brazos se está yendo a la mierda.

En definitiva, lloro por todo y más.

٭٭٭

Han sido dos días demasiado intensos.

Después de haberle confesado eso a Mateo, me esperaba una mirada reflejando desprecio o asco y no como realmente terminamos, yo abrazada a él exhausta de tanto llorar hasta que me quedé dormida.

Al día siguiente me aseguró que podíamos demostrar de alguna manera que esos servicios que brindaba eran por pura necesidad, y de paso probar que el único mal influyente aquí era Bruno.

Pero necesitábamos tiempo para ello, y la única manera de conseguirla era cumpliendo la petición del mismo.

Respecto a Joel, la verdad es que a la hora de explicarle la situación entré en un bloqueo mental dónde no me salían las palabras. Por suerte y como siempre, allí estuvo Mateo para apoyarme en todo momento.

El nene obviamente se alegró, después de tanta espera y preguntas sin responder por mi parte, iba a conocer a su padre.

— ¿Lo tienes todo? — pregunto poniéndole la mochila sobre los hombros.

— Sí mami.

— Pues ve a despedirte de Mateo — digo levantándome.

Salimos de la habitación y el mencionado se levanta del sofá.

Joel va corriendo y cuando están a la misma altura le da un abrazo.

— Adiós Mateu, pórtate bien.

— Eso te lo debería decir yo enano — sonríe y le separa un poco para mirarle a los ojos — Cuida mucho de tu madre y dale de comer a Mate — el pequeño asiente y se ponen a susurrar algo que desde mi posición no escucho.

Finalizan la despedida con un choque de puños y Joel sale corriendo a llamar al ascensor.

Agarro mi bolso y me acerco a él sin saber como proceder, al parecer el está igual que yo pero hace el esfuerzo de comenzar.

— Sigo diciendo que les debería llevar yo.

— Está bien así, cogeremos un taxi.

— Prométeme que si pasa cualquier cosa me llamarás — asiento. — Promételo Úrsula, a cualquier hora.

— Te lo prometo.

Suspirando, da un paso hacia un lado dándome acceso a la puerta. Le echo un último vistazo y me pongo a andar cuando noto su mano alrededor de mi brazo tirando de mi.

Cuando nuestros cuerpos están unidos, desliza sus manos hasta posarlas a ambos lados de mis mejillas y me besa. Uno dulce y pausado, yo diría que el primer beso de verdad que nos damos.

Cuando se separa junta su frente con la mía y entrelaza nuestras manos.

— Por favor, cuídate — pide mirándome a los ojos.

— Lo haré.

Y sin nada más que decir y muy a su pesar, me deja ir.




el final del capítulo es: *-* ahre
se vienen cosas intensas (?
disfruten y gracias por el apoyo !! <3

sincronicidad; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora