10

2K 120 18
                                    

Ú R S U L A

Visualizo el muñeco que Joel tiene en las manos y es idéntico, de hecho sospecho que es el mismo.

Hace unos días pensamos que habíamos perdido el objeto de tela o que el niño lo había dejado tirado en algún lado, pero esas sospechas se hacen pequeñas y crece otra más aterradora: Bruno estuvo aquí y se lo llevo, pero ¿para qué?

¿Para devolverlo días después?

Mi mente es ahora mismo un torbellino y me empiezo a agobiar por tantas preguntas sin respuesta.

— ¡Mamá, mi muñequito! — exclama eufórico Joel.

Me limito a asentir intentando sonreír, cosa que no me sale del todo bien cuando veo que una hoja sobresale de la bolsa de regalo.

Me agacho a recogerlo y plegándolo reconozco la letra de Bruno en ella.

Un escalofrío me recorre la espina dorsal y juntando el valor suficiente, leo las líneas que contiene.

Feliz cumpleaños hijo.
Me hubiera gustado estar contigo festejando este gran día pero me fue imposible...
Prometo recuperar el tiempo que hemos estado separados y no dejar que nadie me aparte de tu lado.
Disfruta de tu muñequito de tela,
te amo.

Papá.

Mi mente repite una y otra vez la última parte sin cesar y cada vez que lo hace es como si me clavaran una estaca en el corazón.

Me quiere quitar a mi hijo.

La última conversación que tuve con él se hace presente en mi memoria.

No te vas a ninguna parte Úrsuladijo mientras intentaba quitarme la maleta de las manos.

Armando la suficiente fuerza pude apartarle a un lado.

No pienso criar a mi hijo en este ambiente Bruno, no cuando ni siquiera puedes dejar la mierda que te metes.

— ¡Lo estoy intentando joder! ¿Te crees que uno se desintoxica de la noche a la mañana? — gritó ocasionando que Joel se despertase y empezara a llorar.

sincronicidad; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora