•°Pretty boys god°• fengqing

[EXTRA] Dos dioses, una cama

Al finalizar la boda, y en la comodidad de una de las habitaciones del palacio de Feng Xin, Mu Qing decidió que era su momento para molestar al otro dios.

Soltando un dramático suspiró mientras se sentaba en la cama, comenzó con su acto.

— Me he casado con el dios del sexo, pero he llegado virgen al matrimonio, que ironía la mía, si los poetas se enterasen de esto solo podrían escribir estrofas de desgracias.

Mu Qing realmente quería molestar a Feng Xin ahora que estaban solos, sobretodo porque el dios del sexo parecía haber estado evitando justamente el sexo.

Feng Xin, quien se estaba despojando tranquilamente de sus accesorios, casi se atraganta al escuchar a su esposo.

— ¡¿Que acabas de decir?! — preguntó atónito.

Mu Qing se levantó de la cama y se colocó detrás de Feng Xin, envolviendo los brazos alrededor del otro dios y acercando su boca a su oído.

— ¿El dios del sexo no me dará una noche de bodas adecuada? — preguntó Mu Qing en un susurro con un fingido tono de tristeza.

Feng Xin no mentiría, él de verdad quería follar a Mu Qing. En todos estos meses, desde que comenzaron a salir, estuvo evitando cualquier situación demasiado indecente con el otro dios, creyendo que Mu Qing le diría cuando fuese el momento adecuado.

Mu Qing, evidentemente, le estaba diciendo que el momento era ahora.

Feng Xin se dió la vuelta para tomar a su esposo por la cintura, apegandolo a él.

— Lo que usted desee. — respondió Feng Xin en voz baja sobre los labios de Mu Qing un momento antes de comenzar a devorarlos.

Mu Qing había sido besado de muchas formas por Feng Xin, pero podía asegurar que esta era completamente nueva. Este beso era hambriento, demandante, y sin atadura alguna, prometiendo que esta vez tendría a Feng Xin hasta el final.

El dios de la belleza sintió como unos dientes se clavaban en su labio inferior, llevándolo a dejar escapar un jadeo que fue fácilmente aprovechado por el otro dios para introducir su lengua.

La lengua de Feng Xin se enredó con la suya y no dió lugar a protesta alguna. Mu Qing estaba maravillado, sintiendo como su cerebro se adormecía para dejar a cargo a sus deseos.

Cuando los labios de Mu Qing estuvieron hinchados y su respiración estuvo completamente agitada, Feng Xin pasó a su cuello. El dios de la arquería comenzó a esparcir húmedos besos por su garganta mientras su firme agarre se deslizaba desde la cintura del dios de la belleza hasta su trasero.

Los jadeos comenzaron a intercalarse con vergonzosos sonidos que escapaban de la boca del dios de la belleza cuando Feng Xin dejó besar su cuello para comenzar a morder y succionar levemente.

— Si en algún momento quieres que me detenga solo debes decirlo. — murmuró Feng Xin mientras sus manos comenzaban a masajear el trasero de Mu Qing.

— No tengo ninguna queja por el momento. — bromeó Mu Qing entre respiraciones entrecortadas.

Feng Xin no pudo evitar que una pequeña sonrisa se deslizase por sus labios.

Tomando a Mu Qing por las piernas, lo levantó y lo depositó en la cama para luego ubicarse sobre él.

Mu Qing pasó sus brazos alrededor del cuello de Feng Xin y lo atrajo a otro exigente beso que sonrojaría a Mu Qing cada vez que lo recordara.

Feng Xin dejó que sus manos comenzasen a explorar el cuerpo contrario, eliminando lentamente cada accesorio mientras sus dedos acariciaban la suave piel del otro dios.