Feng Xin va más allá

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Mu Qing contuvo la orgullosa sonrisa que quiso deslizarse por sus labios cuando pudo observar cómo la mirada de Feng Xin cambiaba del aburrimiento inicial que le causaban las conferencias a la sorpresa, luego a la admiración y por último a algo cercano a la lujuria.

Mu Qing tenía todas las miradas sobre él pero él solo tenía su mirada sobre Feng Xin.

Fingiendo indiferencia siguió su caminó para presentar sus saludos a los tres grandes y luego se dirigió a su asiento.

Su asiento y el de Feng Xin estaban casi de frente por lo cual Mu Qing podía molestar a Feng Xin incluso durante la conferencia.

Poco después la conferencia por fin inició.

Mientras Yushi Huang hablaba la mente de Feng Xin bloqueaba sus palabras para concentrarse en la forma en la que Mu Qing estaba acariciando su labio inferior con sus dedos. Feng Xin podría jurar que ese bastardo lo estaba haciendo a propósito.

La forma en la que la toga abrazaba su hermosa figura incluso sentado también debía ser a propósitos. Sus hombros descubiertos y los pocos mechones de cabello que se soltaban de su peinado cayendo sobre ellos también debían ser a propósito. Feng Xin estaba muy seguro de que Mu Qing sabía lo que hacía.

De lo que no estaba seguro era porqué o, lo que en realidad le preocupaba, para quien.

Feng Xin creía fielmente que el día de hoy todos eran bendecidos y condenados al mismo tiempo por poder apreciar a Mu Qing de esta forma, sin embargo, la idea de quién seguiría viendo a Mu Qing cuando la conferencia acabase lo estaba molestando un poco.

¿Estaba Mu Qing haciendo esto para alguien o solo para sí mismo?

Feng Xin quería creer que era solo Mu Qing alardeando de nuevo pero había una pequeña parte de él que quería hacerle creer que esto estaba dirigido a alguien. Pero ¿A quien?

Feng Xin quería levantarse en ese momento y preguntarle al arrogante dios de la belleza directamente.

¿Estaba Mu Qing intentando impresionar a alguien? Mierda, si ese fuese el caso Feng Xin no tendría más remedio que admitir lo celoso que estaba. Entonces Feng Xin se sorprendió a sí mismo en este pensamiento, ¿Por qué estaba celoso?

Aunque le diese mil vueltas al asunto aún no sabría la respuesta, sin embargo, el sentimiento permanecía.

Feng Xin estaba claramente celoso de quién sea que tuviese la atención de Mu Qing.

Feng Xin no podría decir cuánto tiempo pasó observando a Mu Qing, admirando cada uno de sus pequeños movimientos como la forma en la cuál inclinó las piernas hacía un lado y su toga se alzó lo suficiente para dejar su preciosa tobillera a la vista o la forma en la que sus preciosos labios se entre abrían para que este pudiese pasar su lengua brevemente sobre ellos. Feng Xin sentía que su cuerpo iba a comenzar a hervir en cualquier momento.

La tortuosa conferencia siguió adelante y Mu Qing aprovechó cada momento para molestar a Feng Xin con estos pequeños gestos.

— Pueden retirarse. — anunció suavemente Yushi Huang para dar fin a la conferencia después de lo que pareció una eternidad para Feng Xin.

Oh, gracias a los dioses ya había acabado.

Todos los dioses presentes, exceptuando a los tres grandes, se levantaron de sus asientos para presentar sus despedidas ante el trono principal y así abandonar el templo Olímpico.

Más temprano Feng Xin definitivamente planeaba huir tan pronto acabase la conferencia para no interactuar con Mu Qing el resto del día. Ahora, viendo la hermosa imagen de Mu Qing alejarse por los caminos del Olimpo, no había otra cosa que quisiera hacer además de seguirlo. Esta idea tomó incluso más fuerza cuando vió a otros dioses tomar el mismo camino que Mu Qing.

Feng Xin estaba demasiado preocupado de que alguno fuese del interés de Mu Qing como para notar que ese camino era simplemente el más corto para muchos de ellos.

Feng Xin apresuró su paso hasta que estuvo a la par de Mu Qing y sin pensarlo dos veces tomó su mano y entrelazó sus dedos.

La mente de Mu Qing entró en caos.

¿Feng Xin estaba tomando su mano? ¡Feng Xin estaba tomando su mano!

— ¿Q-qué estás haciendo, imbécil? — preguntó nerviosamente girando su rostro para ver la oscura expresión del rostro de Feng Xin.

— Te acompaño a tu templo. — declaró el otro dios.

Mu Qing decidió abandonar sus quejas y concentrarse en la ligera caricia en el dorso de su mano dada por el pulgar de Feng Xin.

Una pequeña chispa ardía en el pecho de Mu Qing mientras intentaba mantener su paso firme. Decidió concentrarse en el camino frente a él para evitar tropezar.

— ¡Mu Qing! El día de hoy de verdad has reafirmado tu título. — comentó Pei Ming acercándose a ellos para comenzar a caminar a su lado.

Mu Qing sonrió levemente a la vez que Feng Xin dejaba escapar un gruñido.

— ¿Insinúa que no siempre luzco bien? — preguntó Mu Qing juguetonamente.

Pei Ming soltó una carcajada.

— ¿Está intentando conseguir que Feng Xin me declare la guerra, dios de la belleza?

Mu Qing alzó una ceja de forma inquisitiva y giró la cabeza nuevamente para observar a Feng Xin cuya mirada amenazante estaba clavada en Pei Ming.

¿Que era eso que ardía en el fondo de su mirada? Mu Qing realmente tenía curiosidad y quería ver si podía avivar ese sentimiento incluso más.

Mu Qing guiñó un ojo a Pei Ming en un claro mensaje de "sígueme el juego" antes de enfrascarse en un intercambio de juguetonas bromas con el dios de la promiscuidad.

El aura de Feng Xin definitivamente se oscureció y Mu Qing se regocijaba sobre esto.

Al llegar a su templo Mu Qing se despidió de Pei Ming con una sonrisa y entró seguido por Feng Xin.

Mu Qing estaba increíblemente alegre del tipo de reacción que estaba arrancando de Feng Xin, lo que no esperaba era que este cerrase la puerta del templo de golpe y que luego lo arrinconara en ella.

Feng Xin colocó sus manos a los lados de la cabeza de Mu Qing y se acercó hasta que sus narices se rozaban entre sí. Mu Qing pudo detallar como Feng Xin clavaba su ardiente mirada de pupilas dilatadas en sus ojos y luego se deslizaba hasta sus labios.

— Por favor... — susurró Feng Xin con su voz un poco más grave de lo normal enviando escalofríos a la espalda de Mu Qing.

La mente de Mu Qing estaba en blanco ¿Estaba Feng Xin pidiendo aprobación para...?

Sus mejillas se enrojecieron cuando la compresión llegó a él y una oleada de calor se abrió paso por su cuerpo.

— Adelante. — respondió Mu Qing en un tono firme que requirió toda su voluntad.

Entonces Feng Xin dejó de contenerse y cerró la distancia entre ellos para devorar los labios de Mu Qing en un necesitado beso.

•°Pretty boys god°• fengqingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora