(36)

6.6K 873 295
                                    

36

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

36. Año nuevo

—¡Apúrate que llueve! —gritó Oliver desde su coche, mientras abría la puerta de copiloto.

Ni bien cerré la puerta de mi casa, fui corriendo hasta su vehículo y prácticamente me arrojé hacia él.

—Rayos —me quejé, tras golpearme la cabeza con el duro techo del coche. Por otro lado, Oliver me observaba divertido.

—¿Estás bien? —preguntó, a lo que respondí asintiendo—. ¿Lo suficiente consciente para saber si quieres besarme?

Reí por lo bajo y le di un rápido beso en los labios, a lo que él respondió con una sonrisa tierna.

—Bueno... camino a mi dulce hogar —dijo, poniéndose en marcha.

—No puedo creer que pasaré año nuevo contigo —admití. Porque era cierto, se me hacia extraño. Pero a la vez agradable.

Los Carson no tuvieron problema en aceptar que yo pasase la noche con ellos, pero aún así era... raro. Especialmente porque mi madre se los había pedido, ya que se iría todo el fin de semana con el padre de Penny. A festejar... ¿su compromiso?

Sinceramente me costaba entender, las cosas se dieron tan apresuradas que... digerirlo costaba. Aunque bueno, no era apresurado para ellos ya que hace un año que estaban saliendo. Ya me parecía que estaban trabajando tanto.

¡Eran unos puercos descarados!

—Amber.

—¿Hmm?

—Te ves muy hermosa.

Mordí mi labio, mientras seguía mirando por le ventanilla. Aquellos comentarios de la nada, provenientes de él, me hacían sentir una tonta enamorada.

Oh, no.

«Oh, sí»

Inconscientemente había nombrado la palabra enamorada.

¿Realmente lo estaba? ¿O solo creía estarlo?

—¿Estás bien? —preguntó Oliver, frenando en el semáforo.

Asentí, pensativa. Pero él se acercó más a mí, haciendo que lo mire a los ojos.

—Si hay algo que quieres decir, solo dilo —comentó—. Si quieres volver a tu casa, si he dicho o hecho algo que no te agradó, dilo. Pero no te cierres, porque si lo haces, no sabré qué hacer para ayudarte o arreglarlo. ¿Entiendes eso?

Tragué saliva, nerviosa. Pero a los pocos segundos volví a asentir. Sus palabras eran tan cálidas como claras. Pero había algo que me impedía estar tranquila. Las emociones comenzaban a jugarme una mala pasaba, comenzaba a auto sabotearme y no era justo. Ni para él, ni para nadie.

—¿Crees que lo nuestro tenga futuro? —pregunté de golpe.

Si realmente estaba enamorada de él, no quería saltar sin saber a dónde caería.

Edición limitada [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora