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—¡Entrenadora! —dije tratando de sonar alegre—

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—¡Entrenadora! —dije tratando de sonar alegre—. Que sorpresa verla aquí...en el campus...

Penny reprimió una risa y Calvin me observaba curioso.

—¿Por qué no está calentando? —preguntó seria—. En unos minutos son las prácticas.

—Es que... mi madre no me firmó los papeles —me excusé.

La entrenadora ladeó la cabeza.

—Me trajo los papeles hoy temprano —comentó sonriente—. ¡Ve a calentar! ¡Te quiero en mi equipo!

¿Mamá llevó los papeles?

«Vaya, eso es nuevo»

—¡A entrenar! —gritó en tono de orden.

Y sin más remedio, me dirigí a los vestidores. Me coloqué mi ropa y calzado deportivo. Para luego volver al campus. Comencé a calentar, todo sea por no sufrir alguna lesión. A la hora de entrenar, no fue tan duro como había imaginado.

La entrenadora nos hizo dar varias vueltas a la cancha, algunas caminando, otras trotando y otras corriendo a la máxima velocidad posible. Fue cansador, pero disfruté la adrenalina que sentía cada parte de mi cuerpo.

Al terminar, la entrenadora me felicitó y me aseguró un lugar en el equipo. Cosa que me puso realmente feliz.

Por primera vez hacía algo que yo decidí. ¡Y se sentía fabuloso!

—¡Te luciste, nena! —chilló Penny, abrazándome. Acto que me puso un poco nerviosa, pero intenté tranquilizarme. Solo era un abrazo de amigas, además creí que se mantendría alejada debido a mi sudor, pero no fue así. Ni siquiera le importó mi sudor. En cambio Calvin —quien había creído que ya se había ido—, me felicitó y besó mi mejilla cuando Penny me soltó.

Había olvidado lo bien que se sentía ser un trío, a pesar de todo, seguíamos llevándonos bien.

—Gracias, chicos. Es importante tenerlos aquí —admití.

Penny volvió a abrazarme y me susurró al oído:

—Siempre, nena, siempre.

Sonreí.

—Extrañaba tenerlas —agregó Calvin, uniéndose al abrazo.

Nuevamente me costó devolverles el abrazo, pero era un momento normal, como cualquier día. Solo que ahora comenzaba a afectarme que me quieran abrazar. Pero aún así, el hecho de tenerlos junto a mí. Me hacía feliz.

Venía pasando días malos y con todo lo de Alex estaba pasando por varias crisis. Sin embargo, que ellos estén aquí, me hacía realmente bien.

Por primera vez, había decido hacer algo por mi cuenta y contar con su apoyo, era magnífico. Fue en ese momento cuando lo entendí, de eso se trataba la amistad, de que estén en los momentos difíciles y en los buenos.

Edición limitada [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora