Prólogo

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«¿Hay algo más hermoso que Yoo Jeongyeon?»

Era la pregunta que a diario se hacía la joven japonesa y cuya respuesta siempre era un contundente NO, y que estaba segura que no cambiaría.

No dejaba de jugar con su amuleto contra el sol, su anillo de oro con una brillante piedra de rubí en el centro, aunque no era tan llamativo como el collar de esmeraldas de su madre, pero claro había sido su elección y la de sus hermanos, Nina y Min Ho, mejor conocido como Lee Know, el usar prendas menos extravagantes para esconderse entre los humanos.

Se encontraba en las gradas observando como al igual que cada tarde la coreana que parecía sacada de la mejor revista de modelos “practicaba” junto a sus compañeras del equipo de animadoras del instituto al que asistían.

Algo que consideraba una pérdida de tiempo pues a sus ojos, Yoo Jeongyeon era perfecta ¡Cielos! En serio no había nada que ella decidiera cambiar de la coreana, pues pensaba que la castaña no necesitaba practicar nada porque todo lo que hacía era definitivamente admirable.

O bueno al menos casi todo.

La japonesa bufó rodando los ojos al ver como después de escuchar el sonido del irritante silbato de la entrenadora, una chica de cabello rojo entraba al campo en busca de su castaña, porque claro, aunque no lo supiera, Jeongyeon era suya, y aunque por el momento Minatozaki Sana fuera la que disfrutara de sus besos.

Tomó su mochila y se levantó de su lugar caminando hacia el interior del edificio con el deseo de no haber sido testigo de la sonrisa boba de Jeongyeon al ver a la japonesa de cabello rojo, o el beso apasionado que estaba segura les había permitido recorrerse toda la garganta con sus lenguas.

«Yo te besaría con más amor» pensó haciendo un adorable mohín que llamo la atención de la chica que pasó por su lado y se sorprendió al verla con aquella actitud tan rendida, algo impropio de alguno de los “Insensibles” hermanos Myoui.

— ¿Todo en orden chica linda? — Mina se detuvo al escuchar esa voz y endureció su expresión antes de voltearse a enfrentar a la dueña de aquella hermosa melodía.

Im Nayeon, la chica más popular entre los estudiantes de último año, con una reputación y una personalidad que eran difíciles de olvidar.

Mina levantó una ceja observándola incrédula, no podía creer que la chica de adorable sonrisa en serio se atreviera a hablarle por primera vez en años. — No te importa.

Su voz pudo sonar menos intimidante, es verdad, pero ella tenía un estatus que mantener, una pulcra imagen de “Inalcanzable” para cualquiera que no tuviera unos hermosos ojos verdes, un largo y hermoso cabello castaño, y preferiblemente de nombre Yoo Jeongyeon, con quien por decisión propia jamás había cruzado una mirada siquiera.

Lo siento — Dijo Nayeon borrando todo rastro de la amable sonrisa que le había regalado momentos antes, para después solo girarse al sentir como Mina la miraba sin ningún rastro de simpatía. — Que engreída, solo estaba siendo amable. — Murmuró unos metros después confiada en que la japonesa no la había escuchado, cuando era todo lo contrario.

«Debió pensárselo mejor» pensó Mina, pues las palabras de la coreana habían conseguido sacarle una pequeña sonrisa, así que continuó su camino hasta su motocicleta, donde por supuesto que estaría su hermano esperándola para recordarle lo cobarde que era por pasar otro día sin hablarle a la coreana.

El castaño apartó su vista de su celular para preguntarle lo que su expresión decepcionada dejaba en evidencia. — No me digas, otra vez llegó su novia.

La japonesa hizo una mueca que acompañó de otro mohín. — Con lengua incluida.

Minho rió antes de darle una palmada en el hombro y guardar su celular. — Odio tener que repetirlo pero si sigues así, se hará vieja esperándote. — Mina abrió la boca sorprendida.

No digas nada, tu aún no hablas con Bang Chan. — Le dijo con el ceño fruncido ocultando su enojo y tomando su casco.

— ¡Hey! Eso es diferente. — Le respondió el castaño rápidamente, sonrojándose levemente. — Él es hijo de un cazador. — Agregó para sustentar su argumento.

Mina sonrió divertida. — Exacto, no es el cazador. — Se alegraba de tener al menos un arma contra su hermano ya que este era el que más le recordaba lo cobarde que era por no decidirse a hablar con la coreana.

Sin embargo, el chico sabía como salir librado de sus ataques. — Como sea, estás peor y lo sabes. — Movió sus hombros jugando con sus llaves y Mina rodó los ojos subiéndose a su vehículo dando por finalizada su “Charla” sobre amores no correspondidos.

¿Donde esta Nina? — Preguntó al cabo de unos segundos, sorprendida de que la menor no hubiera aparecido ya saltando sobre alguno.

Lee Know la miró dándole una palmada en la espalda antes de subir a su preciado mercedes benz rojo. — Está por salir, se irá contigo hoy. — Informó ya sentado frente al volante.

Lo sé. — Sonrió Mina. — Es noche de caza, así que no llegues tarde abuelo. — Bromeó antes de que el menor encendiera su auto y después de ponerse sus lentes oscuros se despidiera de ella con la mano.

Y no pasó mucho para que la Myoui menor apareciera y se lanzara sobre ella con uno de sus cariñosos abrazos, antes de que salieran de allí listas para su salida familiar semanal.

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Sorpresa.

¿No se lo esperaban verdad?

Pues confieso que yo tampoco.

Aunque será una historia corta.

Espero la disfruten.

Soulmate Dream || JeongMiOnde histórias criam vida. Descubra agora