IX : Magic

291 43 18
                                    

¿De que estas hablando? — Preguntó una incrédula Mina a su madre que estaba sentada frente a ella en la sala de su casa.

Después de que la coreana tomara un baño caliente y se cambiara con su ayuda, la japonesa mayor se había asegurado de que durmiera un poco para recuperarse de lo que según le estaba explicando a Mina le había ocurrido.

No me digas que volveremos a las dudas sobre mi magia. — Preguntó con una ceja levantada.

Mina por su parte sólo suspiró. — No es eso madre, es solo que... No entiendo esto.

— No te culpo mi amor, es cosa de hechiceros pero en palabras que puedas entender. — Se levantó caminando hasta ella. — Alguien no capacitado para la magia lanzó un hechizo sobre esta niña, uno de hipnosis para ser exactas.

Por eso parecía tan distante. — Murmuró Mina.

Exacto, y tal vez no recuerde los últimos momentos de las horas recientes. — Siguió explicando.

¿Tu puedes ayudarla verdad? — Preguntó Mina mirándola esperanzada y la mayor rió. — Por favor mamá, yo se que soy la menos indicada para decir esto pero tu eres la mejor hechicera que existe.

Bueno cariño agradezco el cumplido pero no es necesario, y con respecto a tu pregunta, por supuesto que pude hacerlo, logré deshacerme de los rastros del hechizo también así que estará como nueva.

— ¿Era necesaria la siesta? — Bromeó Mina sonriendo divertida.

Es humana mi amor, su cuerpo necesita descansar un poco después de eso. — Respondió la castaña dándole una palmada en la mejilla.

¿Es en serio Noona? ¿Tener a Jeong y a Momo bajo el mismo techo es sano para ti? — Preguntó Lee Know entrando a la sala con su padre sorprendiendo a la pelinegra que amplió sus párpados mirando en su dirección, había olvidado por completo la presencia de Momo en su casa.

— ¿Sucede algo chicas? — Habló Akira mirándolas curioso.

Algo así papá. — Respondió Mina rascando su nuca. — Es que yo...

La única razón por la que Jeongyeon esta en casa es porque es la soulmate de Mina. — Dijo Sachiko de pronto.

¡Mamá! — Se quejó una apenada Mina, aunque no entendía el porque si cada uno de los que se encontraban a su lado en ese momento sabían sobre la castaña.

— ¡Oh! Eso explica muchas cosas entonces ¿Algo malo pasó? — Preguntó el pelinegro mayor acercándose a su esposa en un segundo. — Debe ser grave como para que decidieras traerla aquí. — Dijo mirando a la pelinegra.

Mina suspiró antes de levantarse y dirigirse a sus dos padres. — Yo... No estoy segura pero, creo que se quien es el responsable de esto, y si es así, yo misma me encargaré de que se arrepienta el haberse atrevido a tocarla.

Akira asintió despacio al ver la decisión en sus ojos. — Sabes que siempre te apoyaremos en lo que decidas cariño, y precisamente porque conozco tus maneras, confío en que esto no se trata de una simple conjetura.

— La hechizó padre, y ni siquiera quiero imaginar que más se atrevió a... — Murmuró con la mandíbula apretada. — ¿Que tan miserable se debe ser para hacerle eso a... Alguien indefenso?

Y al notar como los ojos de su Noona empezaban a enrojecerse por la ira, el castaño considero necesaria su intervención. — Bueno, bueno. — Hablo acercándose a la pelinegra. — Lo importante es que esta a salvo ahora ¿No? — Comentó ganándose una mirada incrédula de Mina que al sentir las miradas de sus progenitores sobre ella asintió despacio.

Al menos esta vez tienes razón. — Sonrió.

— Sólo comportate y recuerda por lo que pasó, está despertando. — Le dijo su madre de la nada.

Mina iba a quejarse cuando escuchó como en efecto la coreana empezaba a despertar y su corazón se aceleraba al encontrarse en una habitación desconocida.

En un segundo estuvo tras la puerta de su habitación y tomó aire antes de llamar con tres suaves toques escuchando un "adelante" del otro lado.

Jeongyeon la miró sorprendida pues muy en el fondo de su mente quería creer que se trataba de un sueño, que nada de lo poco que recordaba había sucedido a pesar de lo real que se sintió la lluvia mojando su cuerpo, la suave voz de Mina llamando su nombre y la cercanía que tuvieron sus cuerpos cuando la japonesa la tomo entre sus brazos.

Hola. — Habló Mina sonriendo levemente y caminando con calma hasta ella sin romper con su conexión de miradas, por alguna razón sentía que eso tranquilizaría a la menor y al verla suspirar supo que no se había equivocado.

Jeongyeon mordió su labio, sin saber como iniciar una conversación con la pelinegra que se sentó al otro extremo de la cama sin dejar de observarla con precaución, como si tuviera miedo de acercarse.

— Yo... — Empezó a decir al fin. — Gracias por lo que...

Mina sonrió otra vez, asintiendo despacio. — Esta bien, fue una conveniente casualidad supongo. — Respondió la japonesa humedeciendo sus labios ante el recuerdo de la imagen tan frágil de la coreana al encontrarla. — Y me disculpó por traerte a mi casa sin consultartelo es sólo que... no te haces una idea de lo difícil que fue para mi verte en esas condiciones. — Agregó suspirando al final, intentaba no mostrarse afectada frente a la menor pero todo parecía salirse de sus manos.

Tal vez esto te parezca extraño pero, me alegra de que sucediera de ese modo. — Confesó relajando su expresión y abrazando sus piernas. — Simplemente no se que sucedió, en un momento iba a casa y de pronto todo se torno negro. — Explico apartando su mirada y Mina escucho como su corazón se acelero, claro signo de que estaba nerviosa. — Hasta que tu volviste a aparecer frente a mi, como un ángel.

Desearía que fuera el caso. — Murmuro la japonesa lo suficientemente bajo como para que la coreana no la escuchara.

— ¿Disculpa? — Cuestionó Jeong.

Nada de que preocuparse. — Mintió. — Creo que deberías contactar a tus padres antes de que mamá sea quien me acuse de secuestrar damiselas en peligro. — Sonrió dejando sorprendida a la coreana que quedo fascinada por su forma de bromear y la imitó sonriendo ampliamente.

Dale las gracias de mi parte. — Dijo.

Lo haré, aunque algo me dice que tendrás la oportunidad de hacerlo por ti misma. — Volvió a bromear Mina.

¿Y eso es algo malo? — Una preocupada Jeongyeon la miro ampliando sus párpados.

La japonesa rió negando levantándose de la cama acercándose un poco mas a ella para entregarle un celular que Jeong supuso era de ella y lo tomó. — Lo que debes temer sobre mi familia, va mas allá de su aprobación, creeme. — Susurró. — Te daré algunos minutos ¿Esta bien? — Dijo y sin darle tiempo de responder se volteo dirigiéndose a la ˋpuerta.

Espera Mina... — Llamo la coreana y la nombrada la miro desde la puerta feliz al escuchar su nombre salir de sus labios. — ¿La conocías verdad? — Preguntó y la mayor se tenso. — A la chica de antes, tu y ella hablaron.

Y Mina apretó los labios antes de decidirse a responderle con calma. — Zhou es una historia muy larga Jeongyeon, una que espero algún día puedas entender. — Fue lo único que dijo antes de salir de la recamara cerrando la puerta tras de si.

Jeongyeon mordió su labio mas intrigada que antes pero aceptaría por el momento la explicación que la japonesa le proporcionó, aun cuando haya sido tan vacía. Mina por su parte se sorprendió de que la coreana recordara a la Taiwanesa con tanta claridad, pero lo asumió a la magia de su madre y los últimos rastros del hechizo en su mente.

¿Sera que recuerda su rompimiento con Minatozaki? pensó la japonesa bufando y caminando hasta la cocina para darle la "privacidad" que le había prometido a la coreana.

______________

Soulmate Dream || JeongMiWhere stories live. Discover now