Capítulo 20

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— Brethil mín

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 Brethil mín. (Nuestra princesa) —musitó la dama deleitándose con esas simples palabras, que eran el origen de su ahora deslumbrante sonrisa.

Por otra lado, para Silwen los segundos se pegaban a su cuerpo como horas infinitas, y no había felicidad alguna plasmada en su rostro. Con las palabras martilleando en su pecho, se apartó de Galadriel confundida.

— Me temo mi señora, que os estáis confundiendo... —miró tras su hombro en busca de ayuda, aquella que tan solo podía darle una única persona allí presente. No hicieron falta palabras entre aquellos dos, que se observaban con mutua devoción, para que la distancia que los separaba se extinguiera.

— Estoy aquí, ithil nîn. (mi luna) —le dijo Legolas tras llegar hasta ella—  Av-'osto. (No temas) —y toda la duda que albergaba Silwen por el posible rechazo de él, tras los pasados días donde parecía repelerla, todo desapareció en cuando él entrelazó sus manos.

Sus dedos eran cálidos mientras la rodeaba, y ante el contacto de su piel, Silwen dejó de mirar asombrada allí donde se unían sus cuerpos, para alzar los ojos de nuevo hasta Legolas.

Sus labios rosados se entreabrieron, deseosos por expresar cuan agradecida estaba por tenerlo de nuevo a su lado, por completo. Mas el acto se vio interrumpido por Galadriel, quien retiró un largo mechón ceniciento tras la oreja de Silwen, extendiendo el contacto de sus dedos en su frente.

— Entiendo... —una triste y apagada sonrisa fue lo que recibieron ahora ambos elfos, que contemplaron a la dama con la misma incertidumbre— Tu mente se halla ahora en penumbras, mas no siempre fue así. —suspiró con fuerza, alejando el dolor que le había provocado ver reflejado en los ojos de Silwen, el más puro desconocimiento. Como si sus vidas jamás hubiesen estado entrelazadas, como si, aquel mismo bosque, no hubiera escuchado antaño las risas de ambas, y sus dulces y animadas conversaciones, no estuvieran también impregnadas en cada roca de Caras Galadhon— Por favor. —Galadriel asintió en dirección a Aragorn y Gimli, que en sincronía, hicieron una ligera reverencia ante ella— Diría que hay asuntos que debemos tratar con premura.

El vestido de la dama, puro como la mismísima nieve, se arrastró entre las briznas de hierba dejando tras de si, un ambiente pesado y difuso. El encuentro, había tejido un velo sobre el pasado de Silwen, uno más opaco del que ya poseía la pobre elfa. 

No ahora, galad nîn. (mi luz) El tiempo apremia y vuestro cometido requiere de nuestra completa atención.

Suave, la voz de Galadriel se hizo paso en la cabeza de Silwen. Pero aún así, la vanyar no pudo sino sobresaltarse y apretar con fuerza la mano de Legolas ante la intrusión que acababa de sufrir su mente. Sus ojos se abrieron con temor, y asemejándose a un asustadizo conejo blanco, un impulso la llevó a acercarse más al elfo de su lado. Y aunque Silwen ya no pudiera ver nada más que la espalda de la esbelta figura de Galadriel, supo que la inocencia de su acto, le había devuelto durante unos breves instantes la sonrisa a la dama.

✓ DAMA DE PLATA ⎯⎯  ʟᴇɢᴏʟᴀꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora