Capítulo 36

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Se aproximó a Legolas con el corazón encogido, observado con extrañeza como se arremolinaban hojas a medio escribir a sus pies

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Se aproximó a Legolas con el corazón encogido, observado con extrañeza como se arremolinaban hojas a medio escribir a sus pies. A medida que se acercaba a la mesa de piedra entendía por qué reflejaba su cuerpo tanta tensión y efusividad. 

Silwen tomo una hoja con interés, aquella en concreto se dirigía al mismísimo rey Elessar. Bastaron un par de líneas para saber que debía contenerlo, destruir, por muy cruel que fuera, su esperanza en ella.

— Nadie responderá como quieres Legolas, pues no hay solución para lo que me está sucediendo. —la pluma se desprendió de su mano al oírla— No les turbes con tan malas noticias, no les hagas tener también esperanzas infundadas. —no respondió y, tras un segundo de silencio, continuó con su desespero con la pluma y las cartas. 

Silwen se mostró nerviosa ante su insistencia y, en un intento extremo de atraerlo a la dura realidad, le arrebató una de sus dagas a la espalda.

Ithil nîn (mi luna), suelta eso. —rápidamente se puso en pie al verla armada, muy lejos de temer por su propia vida se sintió devastado al imaginar que ella perdía la suya— Lo suplico, por favor.

— Tienes que entender que yo no debería estar en estas tierras, es más...

— Lo arreglaremos. —interrumpió con frustración, acercándose lentamente a ella— Nadie te arrebatará de mi lado, juro por los Valar que no... ¡Espera!

De un firme movimiento, Silwen incrustó la daga en su pierna, antes de que el arma tocara el suelo Legolas ya se había lanzado en su dirección, acercando sus manos a la herida. Una sangre negruzca le cubrió los dedos, y Silwen intentó apartarlo al oír sus incomprensibles murmullos de espanto, mas su devoción era superior a ella. Súbitamente, la sangre dejó de emanar de su pierna.

— Retira las manos. —le tomó la barbilla al tenerlo a sus pies— Retira las manos, anar nîn (mi sol). 

Legolas observó con adoración sus níveos ojos y asintió. Al retirar las manos relevó un leve temblor en ellas, mas quedó totalmente petrificado cuando encontró una piel perfecta en su pierna, no había herida alguna. Silwen se arrodilló junto a él, conteniendo el dolor en su pecho al verlo tan perdido.

✓ DAMA DE PLATA ⎯⎯  ʟᴇɢᴏʟᴀꜱWhere stories live. Discover now