Capítulo 76. Ángel salvador

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Bajamos del minibus y no encontramos con la entrada de Four season Hotel Buenos Aires.

Rápidamente las personas de servicios se pusieron en marcha para atendernos mientras los profesores y Thalia quien también vino con nosotros, fueron a realizar el check in para el grupo.

Nuestra delegación está conformada por 30 estudiantes de los cuales 8 somos protegidos del 7mo, el resto, la ninfa y los buenos estudiantes que necesitamos para lucir en la asamblea.

—¿No te parece un poco exagerado?—Pregunta Gustavo mientras se sienta en un sofá, le hago un gesto de duda y el responde con rapidez—, que tengamos que venir al hotel más caro de todo Buenos Aires. Siento como que nos quieren poner en la mirilla de alguien.

Juanjo y yo nos miramos y sin dudar nos sentamos a lado de él, es más que evidente que este es un síntoma de trauma.

Luego del casi secuestro que sufrió hace años siempre intenta no llamar la atención, por sobre todo en lugares donde podría estar muy expuesto.

Me da mucha rabia el hecho de que no pueda decirle que esto en verdad es justo eso de lo que él teme, pero no, se supone que estamos simulando, que estoy actuando y que ellos no deben saber nada del plan.

—Cambiando absolutamente de tema—Dice Gustavo dándose cuenta que nos sentamos a su lado para contenerlo— ¿Ya sabes qué le vas a regalar a Ira?—Pregunta apoyando sus brazos a sus rodillas, mientras Juanjo levanta sus pies sobre la mesita de cristal.

—Buena pregunta ¿Te has dado cuenta que ha dejado de mirar a Yara en los recesos?—Juanjo se burla y yo pongo los ojos en blanco intentando suprimir la risita.

—¿De nuevo los rasgos psicopatológicos doctor?—Gustavo falsea su voz con ese tono tan horrible de los doblajes de realitys que odio.

—Lamentablemente querido Gustavo—Juanjo imita el tono español de una manera exagerada y se pone pie—, nos encontramos ante un caso de amor no correspondido, el paciente muestra clara señales de estar enamorado, destrozado y desesperado, será que lo mantengamos bajo observación.

—Son unos idiotas—Respondo mientras me tapo el rostro.

Mi nariz recibe el aroma al perfume de Iracema, causando que automáticamente me destape la cara y la siga con la mirada, va con sus nuevas amigas, Yara, mi prima, Vega y Aline.

—¡Oh no! Doctor, el paciente parece empeorar los síntomas—Gustavo comienza a reír a carcajadas, pero yo tengo mis ojos en las chicas, la verdad solo en Iracema.

—¡Basta!—Digo más dolido que molesto con mis amigos.

Arrugo la nariz para ver si el perfume decide salir de mi interior, pero honestamente no es lo que yo quiero, lo quiero sentir allí, pero acompañado del calor de su cuerpo. Mi mente traicionera trajo la imagen de Iracema en la penumbra, la cercanía de su ser al mío, su respiración agitada y sus labios carnosos tan cerca de los mios, que era más que evidente provocara la sensación desesperante del vacío en medio de mi estómago seguido de la sacudida de electricidad que me remueve el ser por completo.

—El paciente presenta alucinaciones y delirios, los ojos están perdidos y la mejilla se ruboriza, querido Gustavo, hemos perdido a Luriel, está enamorado.

—Eso es mentira— Me pongo de pie, miro hacia Cariem, Orkias y Thalia que están terminando los papeleos—, y saben qué, se los demostraré conquistando a Vega.

Juanjo levanta una ceja, Gustavo se cruza de brazos y ambos niegan cual hermanos siameses.

—¿Entonces no hay regalo para Iracema?—Pregunta Gustavo arrugando los labios.

El internado de La colmena [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora