Capítulo 91. Libres

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—¿Llegas a esa conclusión luego de un mensaje?—Mirena se cruza de brazos.

La habitación está vacía porque ambas chicas ingresaron a darse una ducha, y como ninguna quería quedaras conmigo a solas se metieron al mismo tiempo.

Mejor para mi.

—Obvio, ¿no lo ves Mirena? Si en verdad lo que dicen de Carina es cierto, entonces esto está muy fácil. Yo no creo que alguien tan poderosa e inteligente deje a la vista a su cómplice, pero, sí creo que la están intentando inculpar.

Cierro la mano en un puño y apoyo mi cabeza en ella mientras analizo los escenarios, los implicados, los que siempre están con Vega, pero tampoco me parece tan fácil.

Y he ahí la cuestión del problema, todos estamos mirando a un sólo punto, a Vega y su familia o allegados quizás, y eso...

—Nos deja ciegos.

—¿Cómo?—pregunta Mirena mientras me levanto voy hasta el frigobar y saco una lata de cocacola.

—Nos quieren dejar ciegos, están planeando otro ataque... no deberíamos estar encerrados.

Agarro mi celular y sin dudar llamo a Orkias, el teléfono a dar un tono ya me contesta.

—¿Estás bien niño?—pregunta

—Va volver a atacar... el o la traidora, nos quieren encerrados.

El silencio tras la llamada me da a entender que Okias está acomodando sus pensamientos tomando de base mi argumento, escucho rayarse una hoja a causa de una pluma.

—¿Estás solo?—Pregunta mientras oigo que se levanta de su silla de oficina, reconozco ese chillido.

—Sí...

—Sal de ahí, y vienes a mi oficina, ahora.

Seguido a eso escucho timbrar las campanas de emergencia y un voz robotizada:

—A todos los estudiantes, reportarse al Patio, llevar sus tarjetas de identificación. A todos los estudiantes, reportarse al patio, llevar sus tarjetas de identificación.

La puerta del baño se abre, Iracema sale con la toalla liada a su cuerpo, un segundo me pierdo en ella, pero me conecto rápido a lo importante.

—Vístete, yo me voy junto a Orki, no tardes.

—¿Qué mierda pasa?—pregunta asustada.

—Demasiadas cosas, sólo hazme caso.

Yara también sale con el cabello húmedo y la misma expresión de susto.

—No tarden—las dejo y voy corriendo junto a Orkias, todos están saliendo también de sus habitaciones, algunos con normalidad como Gerardo y otros desesperados como Florencia, con quien terminé chocando.

—Ten más cuidado—dice con una actitud más agresiva de lo normal—. Lo siento, me alteran las alertas...—completa al verme.

—Sí, te entiendo. Bueno, ve al patio ya.

—Ok, ok

Florencia se sacude la ropa y va hacia el patio, ignoro al resto de los estudiantes, me abro paso hasta la oficina de Orkias, y cuando ingreso me encuentro con el consejo, mi padre, Cariem, Thalia, Zunú, Cenit, Itae y Arand.

Anastasia llega al mismo tiempo que yo, a la sala, ingresamos juntos, pero ella termina empujandome para ponerse adelante.

—Ha ingresado al cuarto de las tumbas...—Miro extrañado a los presentes quienes en su mayoría tienen una reacción de frustración.

El internado de La colmena [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora