Capítulo 6. La danza de las Estrellas y luna

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De fondo sonaban muy fuerte músicas que daban un ambiente de fiesta, pero de esas que son para poner una fogata, sacar una guitarra y comenzar a cantar

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De fondo sonaban muy fuerte músicas que daban un ambiente de fiesta, pero de esas que son para poner una fogata, sacar una guitarra y comenzar a cantar.

La verdad es que no soy nada habilidoso es esas áreas, esos son dones de Juanjo y Gustavo. Yo soy de los que aplaude y admira, nada más.

El gigante patio estaba adornado de luces amarillas, esas redondas que ves y enciende una emoción inmensa en el alma, como si estuviéramos en medio de las estrellas.

Juro que el cuadro daba para ir a buscar mi libreta y ponerme a escribir, todo era inspirador, todo era digno de comenzar a escribir una historia llena de misterio y magia, y pensar que ahora mismo mi realidad supera la ficción.

Con la vista busco a mis amigos y doy con que están en una especie de sombrilla de paja sentados tomando algo de unos vasos graciosos, levanto una ceja y me pregunto si es que nos permiten tomar alcohol, pero al ver que mis amigos están muy cuerdos, saco la conclusión de que no, porque si Gustavo tuviera una gota de alcohol en su sangre no estaría sentado allí. Ya lo vi, y nadie le salvaría de la humillación en estado etílico.

Llego hasta ellos y me siento, sin decir nada, ambos estaban hablando aún de la clase de hoy y de todas las reglas que nos pusieron.

—Si somos una orden secreta de dos siglos de antigüedad —Dice Gustavo y me recuerda a su padre cuando habla aceleradamente— ¿Entonces existen los iluminatis?

—¡Carajo!—Juanjo le da un sorbo a su bebida cuando un joven se acerca a la mesa y me ofrece lo mismo que ellos beben, agua tónica y gaseosa, tomo dos botellas de agua tónica, y le doy las gracias con un gesto.

—¡Luriel! Tu padre es dueño de la empresa de comunicación más grande de América—Gustavo se rasca la mejilla que está coloradisma, creo que su bebida está muy azucarada— Nunca dijo nada, no se le escapó algo?

—Nop—contesto finalmente mientras mis ojos dan con Yara qué está con Florencia y unas chicas más, ¡Wow! Esa chica brilla, en serio.

Ella también me mira y se le escapa una sonrisa, levanta la mano para saludarme, yo hago lo mismo.

El internado de La colmena [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora