Capítulo 1.

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Hoy el día no se sentía demasiado diferente a los demás. Mientras caminaba hacia casa con mis amigas ya iba pensando en el anime que iba a continuar por la tarde y en cómo estructurarme un poco para que al menos me diese tiempo a estudiar.

Es más, de anime trató toda la conversación hasta nuestras casas, pues las tres éramos vecinas, y sabíamos que hoy nos tocaba una gran viciada a la última temporada de Boku No Hero, que acababa de terminar hace relativamente poco.

—Tengo muchas ganas de que aparezca ya oficialmente Mirio Togata en el anime. Es que simplemente lo adoro —Exclamé. Mis amigas no creían que fuese tan guapo como yo lo describía, pero para alguien que lleva el manga al día y sabe lo que va a ocurrir en esta temporada Mirio simplemente me pareció un ser de luz impresionante. Si yo no tengo uno así en mi vida, no quería nada.

—No es justo, tú te has leído el manga —. Se quejó mi mejor amiga Julia.

—Pues si nos tenemos que basar en las primeras apariencias, yo soy más de Nejire Hado —Declaró Cristina.

—Buah sabes que a mí donde se me ponga un buen chico como Mirio... muero —. Suspiré.

—Mejor, más Nejire para mí.

—Pues a mí me gusta el que queda, ¿Tamaki? Y Bakugo o Todoroki. A mí me van los posibles tsunderes o así oscuros —. No hacía falta que lo jurase, Julia literalmente cada vez que veíamos un anime buscaba el personaje con peor humor y se enamoraba perdidamente. Raro es que no hubiese empezado a hablar ya de su amor platónico por Levi. —. Eso me recuerda a mi marido Levi —. Veis, ya empieza.

Para Julia Levi es como un personaje supremo creado para su total goce y deleite. Yo debo de decir que soy mucho más partidaria en Shingeki de personajes menos agresivos y siempre rubios, como Armin o Erwin. Los dos me parecían los verdaderos genios de todo. Además, los rubios me parecían hermosos en general, ya que siempre había querido ser rubia.

Ya llegamos a nuestro edificio y teníamos que entrar porque mi madre me estaba esperando para comer. Vivíamos las dos solas y honestamente no nos gustaba comer solas, así que hasta que yo no apareciese ella no iba a probar bocado y ya eran las tres y cuarto.

—Julia, tú sigue con tu monólogo sobre Levi que yo me voy a comer que tenemos hoy croquetas —. Me despedí con unas risas. Ellas me devolvieron la risa y fueron hacia su portal, con Julia todavía hablando sobre Levi por más que Cristina le dijera que entre los Ackerman Mikasa es mejor. Ahí ni siquiera coincidía yo con ella. Levi podría ser todo lo chiquito, mandón, malhablado y gruñón que fuese, pero era el personaje con más coraje y fuerza de todos. Aún así, no sé que digo de chiquitos porque yo misma mido 1'60 y eso era redondeando a lo alto.

Cuando abrí la puerta de mi casa ya estaba mi perrita Mimi esperándome para darme la bienvenida, pero en cuanto me saludó y saltó un par de veces se fue a la cocina a llorarle a mi madre a ver si le daba croquetas. No es que yo estuviese muy de acuerdo con alimentar a los perros con comida humana, pero mi madre siempre sucumbía a la carita de pena de Mimi. La de peleas que habremos tenido con eso, a pesar de que tampoco es que le dé mucho, solo unos trocillos.

Terminamos de comer y me fui directa a mi cuarto a ver anime y estudiar un rato, aunque todavía no teníamos exámenes a la vista, pero me gustaba llevar las cosas más o menos al día por si acaso había prueba sorpresa. Nos estamos preparando para la Selectividad este año y siempre había que estar alerta. En realidad, no sabía lo que quería hacer todavía, creo que Medicina o algo de la rama sanitaria, por lo que necesitaba buena nota sí o sí.

Eran las 8 cuando terminé de estudiar y hacer los deberes y me quise poner a ver Boku No Hero, al menos unos capítulos hasta que me fuera a dormir. Quería ver ya a Mirio animado en esta temporada y que se liase en la pelea ya.

¿Cómo acabé en Shingeki no Kyojin? | Levi Ackerman |Where stories live. Discover now