Capítulo 8.

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—Si quiero ayudar en la enfermería, ¿con quién creéis que deba hablar? —Pregunté a mis amigas tras los entrenamientos del día. Llevábamos aquí ya varios días acomodándonos a todo y básicamente practicando con los EDM3D sin parar y aprendiendo tácticas y estrategias de combate. Nos habían dicho que conforme se acercase la fecha de la expedición nos iban a contar mejor el plan, pero que primero había que estudiar todo sobre estrategia. Ahí me di cuenta de que en realidad en la escuela de los reclutas tampoco te enseñaban tanto, se quedaban en lo superficial.

—Yo hablaría con Erwin directamente —Aconsejó Krista —. No creo que les venga mal una ayuda ahí porque nunca hay nadie y se supone que tenemos seis médicos.

—Sí, pero se tienen que repartir en otros escuadrones parece y no viven aquí —Comentó Mikasa.

—¡Qué vergüenza hablar con Erwin! Pero bueno, quien algo quiere algo le cuesta.

—A veces dices unas frases que yo no he escuchado en mi vida —Se quejó Sasha.

Me reí. —Me salen solas.

Estábamos subiendo hacia las habitaciones a coger ropa limpia para ir luego directas a las duchas. Me encontraba completamente sudada de haber estado entrenando y ahora mismo lo que necesitaba era relajar mis músculos bajo el agua. Eso sí, el agua siempre estaba fría porque no existen las calderas; la verdad, mucho es que tenemos agua a presión (que funciona como los aspersores para los campos de cultivo y todas nos tenemos que duchar además a la misma vez en una fila de duchas). Es más, solamente había siete duchas para las 50 chicas que estábamos y se solían formar grandes colas, pero es que las de otras plantas no funcionaban, así que intentábamos ir siempre con tiempo.

Media hora más tarde estaba decente y lista para ir a hablar con el Comandante Erwin; concretamente estaba en la puerta de su despacho debatiéndome sobre si tocar o no. Tomé aire un par de veces.

A ver, vas a hablar directamente con tu personaje favorito. Pero no es para tanto, es solo una persona y no se le ve malo. Cálmate ya, por favor. No paraba de decirme a mí misma. Cualquiera que me viera pensaría que estaba loca haciendo respiraciones delante del despacho de Erwin. Además, no es como si no lo hubiese visto nunca. Lo veo todas las noches cenar en el comedor, en una mesa en la esquina, que es donde se ponen todos los jefes.

Llamé a la puerta. Unos segundos pasaron y se escuchó un "Adelante".

—Buenas noches, mi nombre es Olivia Morales, una de las soldados recién incorporadas —Me presenté sin pasar del alféizar. Erwin me miró y asintió, indicándome otra vez que pasase.

—Sí, te conozco —Vale, Erwin acababa de decir que sabía de mi existencia. ¿Me escucháis gritar? —Justo ayer leí todos los expedientes de los nuevos. Muy impresionante el tuyo, tengo que decir.

Y ahora me estaba alabando. ¿Seguro que había leído bien el expediente? Impresionante es el de Mikasa, no el mío.

Erwin se levantó de su silla de cuero negra, acercándose a la estantería repleta de libros y papeles a la derecha de la habitación para coger un archivador de carpetas. Rebuscó entre ellas y al final sacó una con mi nombre. ¿Se pensaba aquí que estaba para una especie de revisión de notas como las que hacían en el instituto o cómo?

Casi me recordó a mis profesores cuando sacó un par de folios y comenzó a ojearlos con detenimiento. Tragué saliva.

—Se destaca tu actuación en la recuperación de Trost. Aquí se alaban tus dotes de liderazgo y reacción frente a los titanes que atacaron el Cuartel General de Abastecimiento. Tuvo que ser muy difícil. ¿La primera vez que veías un titán? —Me preguntó mirándome directamente a los ojos.

¿Cómo acabé en Shingeki no Kyojin? | Levi Ackerman |Where stories live. Discover now