¿Cómo acabé en Shingeki no Kyojin? | Levi Ackerman |

Capítulo 13.

 Nota de la Autora: 

¡Holaa! Han pasado algunos meses muy intensos con la universidad y también me quise tomar algo de descanso en el verano. Sin embargo, este mes intentaré subir varios capítulos y avanzar con la historia. 

Ya somos casi dos mil lectorxs y solamente quería daros las gracias por todo. Muchísimas gracias a todxs los que disfrutáis de esta historia. 

Espero que os guste este capítulo. <3  Por si alguien no se acuerda, le recomiendo que se lea el capítulo anterior un poco. Ya sabéis, si os gusta dejad vuestros votos y comentarios. Siempre os leo a todxs. <33

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No sabría decir qué día era cuando me levanté, pero se sentía como si hubiese estado durmiendo por semanas. La cabeza me palpitaba fuertemente y apenas podía recomponerme y sentarme en la cama donde estaba, aunque lo intenté. No había estado nunca en este lugar, pero era lo más parecido a un hospital que podía asociar mi mente. Las paredes eran de un color crema y en la habitación había el suficiente espacio para otra cama, dos sofás negros y una puerta que conduciría a un baño privado seguramente.

Me encontré con las miradas aliviadas de Mikasa y Jean cuando dirigí mi vista hacia los sofás. A mi lado, en la otra cama, Eren continuaba descansando.

—¿Qué ha pasado? —Pregunté susurrando.

—Tranquila, estoy despierto —Habló Eren mientras se incorporaba en la cama —. Con mis poderes de titán me he recuperado bastante rápido.

—¿Llevamos aquí mucho tiempo?

—Unos dos días —Respondió Jean.

—Lo último que recuerdo es que Annie me aprisionó contra su cuerpo y sentí que me iba a matar de la presión —Llevé las manos a mi cabeza, tratando de recordar algo más pese al mareo que todavía tenía, pero lo único que conseguía esbozar mi mente era una luz enorme y las palabras que aquella voz de chica me dijo: "No es tu turno todavía. Tú puedes contra ella". ¿Verdaderamente había podido contra Annie?

—¿Qué pasó en la pelea? —Volví a preguntar. Jean miró a Mikasa, instándole a que me respondiera.

—No nos corresponde a nosotros hablar de eso, pero pronto te lo explicarán seguro —Dijo Mikasa.

No sabía exactamente qué hora era, pero el resto del día lo pasamos en la cama y charlando con las personas que venían a visitarnos.

No quería esa noche irme a dormir, sinceramente, no sin al menos antes haber visto a alguien que no había venido en todo el día.

—Oye, Mikasa, ¿y Celia dónde está? —Pregunté. A lo mejor no se había enterado de que estábamos despiertos y recuperándonos ya o estaba haciendo algunas cosas.

Mikasa y Jean, que no se habían movido de la habitación en todo el día, me miraron como si hubiese dicho alguna locura.

—¿Celia...? —Preguntó de vuelta Mikasa.

—Sí, Celia, nuestra amiga —Al menos así la consideraba yo después de haber vivido bajo el mismo techo un mes y pasar tanto tiempo juntas. Celia me había demostrado mucho más que otras personas en años, eso era seguro— ¿Pasa algo con ella?

—¿No te acuerdas? —Se sorprendió Mikasa. La verdad que de los minutos antes de la luz blanca mi mente no se había esforzado por recordar mucho. Sin embargo, en ese momento ciertas imágenes pasaron como flashes por mi mente. El balde de agua fría de realidad recorrió todo mi cuerpo cuando me di cuenta de la tontería que estaba diciendo.