Capítulo 2.

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Dos días después, estaba junto a Jean y su familia esperando en uno de los carros que nos iban a llevar al campo de las Tropas de Reclutas. En concreto, nuestra tropa era la 104, como bien sabía ya.

Al decirle a la familia de Jean que quería unirme al ejército, me miraron como si dos cabezas me hubiesen salido. A ver, es cierto que con mi casi metro sesenta y mi cuerpo delgado y poco fuerte no daba mucho el pego de gran combatiente y lo más seguro es que pensarían que iba a ser tentempié de titán el primer día, pero bueno yo le iba a echar ganas y además poseía muchísimos conocimientos que ellos en estos momentos ni soñaban.

El carro no había llegado todavía, a pesar de haber pasado ya cinco minutos de la hora a la que nos dijeron. Brigitte nos había preparado unos bocadillos para el camino y fruta, además de que me había dejado un poco de ropa de cuando ella era más joven y ciertos productos de aseo personal. La verdad, no sabía cómo iba a agradecerle todo lo que estaban haciendo por mí a pesar de no conocerme de nada. Al menos, me prometí que iba a hacer todo lo posible por intentar protegerlos.

—Por ahí viene —Anunció Brigitte señalando hacia el carro que se aproximaba por la calle. Estábamos Jean, un chico llamado Thomas Wagner y yo esperando a que llegara al cuartel donde había tenido que enlistarme hacía solo dos días. Los nervios me estaban consumiendo por dentro porque, aunque sabía lo que iba a pasar, en general en la serie no se enseñan qué tan duras eran las prácticas y yo no había sido nunca una persona que destaque por su fuerza física. Es más, en clase de Educación Física era la típica que comenzaba a andar y a hablar con sus amigas cuando no miraba el profesor.

Cuando el carro paro delante nuestra, me despedí de la familia Kirstein y subí junto a Jean y Thomas en el carro. Inesperadamente, tres chicos iban con nosotros y se encontraban los tres súper juntos y hablando entre ellos. Es más, este trío, aunque se veían con aspecto de persona humana, de carne y hueso, no se podía negar que era idénticos a Eren, Armin y Mikasa. Efectivamente, se presentaron ante nosotros y no pude ocultar mi emoción de conocer al mismísimo Armin en persona, el personaje que más admiro junto a Erwin de todo el anime. Los tres se veían tan chiquitos con solo 12 años, aunque las miradas de Eren y Mikasa transmitían un sentimiento de que ellos, efectivamente, habían vivido su propio infierno. Jean murmuró un escueto saludo y ni siquiera reparó en que yo estaba muy emocionada y se puso a hablar con Thomas. Es más, seguro que ni siquiera había visto a Mikasa, que es como su mayor crush.

—¿Por qué te quieres unir al ejército? —Me preguntó Armin. Conseguí juntar una frase coherente y decir:

—Porque me gustaría hacer algo para salvar a la humanidad y encontrar a mi familia también.

—¿La has perdido? —. Se sorprendió Eren, comenzando a prestar más atención a la conversación.

—Más bien he perdido la memoria y no sé de dónde vengo —. Les expliqué —. Por eso, si consigo entrar en los mejores rankings de la clase sería un buen comienzo para ganar reconocimiento y ver si mi familia me localiza por casualidad.

—Lo siento mucho. Seguro que te están buscando desesperados —La mirada que me dirigió Eren fue de una gran comprensión para un niño de solo 12 años. Mikasa apoyó su mano en mi hombro, para darme ánimos. Son unos chicos demasiado buenos y de solo pensar todo lo que iban a sufrir solamente me daban ganas de vomitar. Si ya con el anime sufría como una loca, no me quiero imaginar que lo tenga que ver en persona.

Tengo que decir que Mikasa en persona es muchísimo más guapa, casi que parece una muñeca asiática de pelo largo, negro y sedoso, aunque son sus ojos los que la delatan. Mejor no meterte nunca con un Ackerman.

Tardamos unas dos horas en llegar al lugar e incluso me dormí en el viaje, apoyada en el hombro de Jean, que por fin había reparado en la presencia de Mikasa en el carro y se había peleado con Eren. Cuando Mikasa salió a defender a Eren se puso aún más furioso. Aún así, Jean no podía dejar de mirar a la chica embobado.

¿Cómo acabé en Shingeki no Kyojin? | Levi Ackerman |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora