Capítulo 18

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La parada en el hospital fue obligatoria: había que revisar mi pierna.

Levi me acompañó todo el trayecto junto a Hange. Jean, Mikasa, Sasha, Krista, Connie y Armin nos acompañaron también porque había que ayudar a traer a los demás compañeros heridos.

Hange al fin había recibido el informe que pidió sobre Annie Leonhart y advirtió que procedía del mismo lugar que Reiner y Bertolt.

Estábamos todos reunidos en la sala de espera del hospital mientras lo comentaba y la gente comenzó a darse cuenta de lo que eso significaba.

—Antes del ataque a Shingashina sus certificados están incompletos o no existen. Aunque es curioso que en la última exploración los dos estaban en el grupo que recibió la información falsa de que Eren se encontraba en el flanco derecho de la formación —Explicó Hange.

—Y ahí es donde atacó Annie —Concluyó Mikasa. Hange asintió afirmativamente.

—No es algo concluyente, pero como compañeros suyos ¿se os ocurre algo? —Preguntó Hange.

—Yo sabía que los tres venían del mismo pueblo, pero no parecían amigos —Dijo Armin.

—Nunca los vi hablando juntos —Concordó Jean.

—En las comidas, Annie se sentaba sola y comía en silencio. ¡Pero le gustan mucho los dulces a pesar de tener siempre esa cara de vinagre! —Observó Sasha. Connie y yo nos reímos, aunque fuimos los únicos.

—Pero sí que me resulta curioso que cuando nos atacó Annie agarró a Reiner en su mano justo después de que yo dedujese dónde podría estar Eren. Reiner escapó de la mano de Annie con algunos cortes y Annie cambió de repente su rumbo hacia el centro de la formación —Armin se quedó en blanco, procesando todas sus deducciones— No sé cómo no me he dado cuenta antes... ¡Reiner le dijo dónde estaba Eren!

—¿Reiner había mostrado interés en conocer la posición de Eren? —Le preguntó Hange. Armin asintió— Bien, entonces debemos encontrarlos en la ciudad y actuar como si nada pasase. Les diremos que pensábamos que habían venido a buscar refuerzos. Tenemos que evitar el combate en la ciudad y llevarlos a una zona subterránea para encerrarlos. Si no podemos, la prioridad siempre será sacarlos de la ciudad.

—¡Entendido! —Acordamos todos al unísono.

En ese momento llegó el médico para hacerme pasar a consulta. Lo que más me estaba guardando del dolor en este momento hacía sido el entablillado que me hicieron mientas estaba montada en el caballo para evitar que me diese golpes.

Cuando el médico examinó mi pierna dijo que me había fracturado el peroné y lo más probable es que mi recuperación tardaría un mes con mucha suerte y tranquilidad. Se acabó el pelear y corretear con mi equipo de maniobras durante un tiempo.

No sabía cómo había podido aguantar todo este dolor que me estaba sobreviniendo en el hospital mientras me encontraba tumbada en la cama. Era como si en la batalla hubiese entrado en algún tipo de trance del que no podía salir hasta que acabásemos con todos los titanes y pudiésemos escapar vivos de allí. ¿Acaso estaba perdiendo de alguna forma mi humanidad? También recordaba mi fría actitud frente a los cuerpos de mis compañeros, cuyas imágenes ahora inundaban mis pensamientos.

Sentí una mano agarrar la mía con fuerza.

—¿Estás bien? — Me miraba con preocupación Jean.

Lo observé con los ojos muy abiertos, notando su verdadera presencia en la habitación por primera vez.

—No sé. Creo que esta batalla me ha dejado agotada y el dolor de la pierna me está matando.

¿Cómo acabé en Shingeki no Kyojin? | Levi Ackerman |Where stories live. Discover now