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—Mmm yo, n-no, no sé de qué h-hablas—respondió el chico tartamudeando.

Pero eso sólo lo hacía verse más sospechoso.

—Te conozco Park—dijo el castaño acomodándose sus lentes—Te conozco desde que te hacías pipí en la cama.

—¡Yo nunca me hice en la cama!—gritó haciendo saltar al pelirrojo, quien se encontraba sentado afuera de la dirección—Bueno, fue sólo una vez. ¡Pero por tus estúpidas películas de terror! Sabes que las odio.

—Como sea, estoy esperando—habló nuevamente el chico de sonrisa rectangular arqueando una de sus cejas.

—Bueno, es que...bueno—divagó pensando en cualquier tontería, más no se le ocurrió nada—El es, ¿Un alíen?

El chico de melena castaña, primeramente lo vio serio, al parecer estaba procesando la información. Después una ligera sonrisa apareció en su rostro y finalmente soltó una fuerte carcajada llamando la atención de todos los estudiantes que pasaban a su lado.

—Si no quieres decírmelo, está bien, pero no inventes cosas tan estúpidas—mencionó limpiando sus lágrimas provocadas por la risa—Ahora si te excediste.

—¿Qué es estúpido?—interrumpió el pelirrojo siendo tan inocente como se había mostrado hasta ahora.

—¡Habló enserio!—exclamó ignorando al extraterrestre.

—Es que, no puedo creerlo Jimin. Eso es imposible.

—No, no es imposible. Tal vez aún improbable, pero no imposible porque está pasando—continuó el chico—¿Has visto el hoyo en el techo de la biblioteca? Bueno...

—No me digas que..

—Si—susurró—Él fue el causante. De hecho, ¡Ni siquiera hay techo en la bendita biblioteca!

 De hecho, ¡Ni siquiera hay techo en la bendita biblioteca!

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—Asi que viene por una beca por promedio.

Habló la directora. A Jimin, la señora le causaba gracia.
Era una mujer demasiado tierna, de estatura baja y un poco llenita, él le decía de hueso ancho, incluso su cuello desaparecía. Sin embargo pensaba, además de poseer tanta belleza, le pasaba todas sus travesuras. Era como una abuela consentida para el chico.
Le caía muy bien. Pero aveces le transmitía terror.

—Así es—respondió el rubio—Aquí está su boleta de calificaciones, como puede ver tiene un promedio de 9.8, de verdad cometería un grave error al no aceptarlo.

—Es lo que veo—respondió sorprendida mientras miraba aquellas altas notas.—¿Y sus padres?—cuestionó mirando a aquel pelirrojo con las gafas puestas—¿Por que no vinieron ellos? ¿Acaso tú eres su representante?

—Su madre trabaja, es de tiempo completo y casi siempre pide doble turno, es...—hizo trabajar su cerebro que juraría en cualquier momento humo saldría de él—Es enfermera igual que mi madre, sabe que ese trabajo es demandante, se conocieron en la universidad y ahora trabajarán en el mismo hospital—habló tan rápido, que bien pudo parecer estaba rapeando.

Al principio la directora no se veía realmente convencida, pues analizó sus palabras con detenimiento para encontrar cualquier pizca de engaño en ellas, eso lo hizo tensar inmediatamente, pero al ver su rostro más relajado, pudo respirar nuevamente.

—Bueno, Park, podría dejarnos al joven Hoseok y a mi solos, necesito una pequeña entrevista.

—¿No puedo quedarme?—mencionó nervioso—Cómo ve, el es un chico lo suficientemente tímido, incluso está ocultando sus ojos en este momento.

—Vaya a clase.

—Pero...

—Qué vaya a clase—finalizó.

No podría convencerla, de ninguna manera.

—Bien, tú puedes amigo—susurró palmeando su hombro como muestra de apoyo—No menciones el poder de la baba—artículo haciendo confundir al contrario.

Fue lo ultimo que mencionó antes de salir por aquella puerta color marrón, deseando, rogando, que Hobi no dijera nada que hiciera sospechar a la mujer, o ambos se verían envueltos en graves problemas.

La primera clase comenzó con tranquilidad, cada alumno estaba sentado en su lugar asignado a principio de año y prestaban atención al profesor que escribía en la pizarra como si su vida dependiese de ello. (O al menos su salario). Por su parte, Jimin estaba lo bastante nervioso como para poder concentrarse. Azotaba la goma del lápiz contra él pupitre repetidas veces mientras movía la pierna de manera involuntaria.

¿Y si la directora descubría que él no era un humano?
¿Qué le harían? ¿Lo asesinarían? ¿Harían experimentos con Hobi? ¿Lo expulsarían?
¿Llamarían a su madre? ¡No! ¡Todo menos llamar a su madre!
Si se llegase a enterar lo mataría. Lo encerraría en su habitación sin comida, ni agua, sin celular. ¡Podían quitarle todo menos su celular! No soportaría vivir alejado del exterior, O eso era lo que el chico de cabellos rubios pensaba repetidas veces.

—Psss—retumbó en su oído derecho—Park—susurró y miró a un lado para ver quien se atrevía a llamarlo en un momento tan crítico como ese.

—¿Qué quieres Tae?—le respondió igual en un susurró—¿No ves que estoy prestando atención?

—Oh Vamos, hasta aquí pude ver caer la baba de tu boca—le contesto burlón.

—Sigue burlándote de mi y ya verás—soltó apretando su puño frente al rostro del castaño.

—Ey, me lo debes—dijo haciendo que el rubio se resignara—En mi casa, después de la escuela.

—Tengo cosas que hacer—le contestó rodando los ojos.

—¡En mi casa después de la escuela dije!—respondió.

—Bien—soltó mirándolo de mala manera.

🟢 Hello, my Alíen.Where stories live. Discover now